Fundación Ellacuría, ejemplo en Bruselas de buena práctica en la acogida comunitaria
El pasado 20 de noviembre, Fundación Ellacuría participó en la Jornada «Private Hosting Initiatives and Community Sponsorship: Exploring Synergies”, organizada por ICMC Europe/Share Network en colaboración con la Oficina de la Cruz Roja de la UE. Celebrada en el Commons Hub de Bruselas, esta jornada reunió a representantes de organizaciones internacionales, autoridades locales, asociaciones civiles y entidades gubernamentales para reflexionar sobre las sinergias entre la acogida privada y el patrocinio comunitario, con un enfoque especial en soluciones habitacionales.
Fundación Ellacuría fue presentada como modelo de referencia en Europa por sus iniciativas locales de acogida, subrayando su capacidad para movilizar recursos comunitarios, establecer redes solidarias y diseñar estrategias efectivas de integración. También se destacaron como buenas prácticas los programas «Welcome Circles» de HIAS Europe y «Strong Together» de Naciones Unidas-Migración en Lituania.
La jornada abordó temas cruciales para el desarrollo y la sostenibilidad de los programas de acogida y patrocinio comunitario, comenzando por la necesidad de establecer puentes entre las organizaciones civiles que trabajan en la integración y las que se centran en la vivienda. En esta línea, se discutió cómo estas alianzas pueden optimizar recursos y garantizar la transición de las personas refugiadas de alojamientos temporales a soluciones habitacionales a largo plazo.
Uno de los paneles, titulado “State Support, Safeguarding and the Role of Local Authorities: Adapting Practices from the Ukraine Response”, destacó el papel fundamental de las autoridades públicas en el éxito de estas iniciativas. Se subrayó que la respuesta a la crisis en Ucrania proporcionó aprendizajes clave, como la importancia de una movilización rápida de comunidades, el uso de herramientas digitales para emparejar anfitriones y beneficiarios, y la necesidad de procedimientos flexibles pero seguros. Ejemplos como el programa Safe Homes de la Cruz Roja Europea, que facilitó el apoyo a más de 5,000 familias, fueron presentados como referentes.
Movilización comunitaria y sostenibilidad
El panel “From Crisis to Community: Sustaining Volunteer Mobilisation for Long-Term Refugee Support” centró la discusión en cómo mantener la participación comunitaria más allá de los momentos de crisis. Los ponentes enfatizaron la importancia de las estrategias de salida, que permitan a las personas acogidas acceder a empleo, vivienda y apoyo local de manera sostenible. Fundación Ellacuría fue reconocida por su enfoque en crear vínculos reales entre personas anfitrionas y acogidas, promoviendo una convivencia basada en el respeto mutuo y el fortalecimiento de comunidades locales, así como la universalización del perfil de personas acogidas.
Retos actuales y propuestas de de cambio
Otro aspecto abordado fue la creciente crisis habitacional en Europa, que afecta tanto a las personas refugiadas como a las comunidades locales. Representantes de FEANTSA (Federación Europea de Organizaciones Nacionales que Trabajan con Personas sin Hogar) subrayaron que la escasez de vivienda asequible, los altos precios de alquiler y los sistemas de vivienda social saturados dificultan las soluciones a largo plazo. Además, se señaló cómo la discriminación, especialmente hacia grupos como personas refugiadas LGTBIQ+ o la comunidad romaní, agrava el acceso a la vivienda.
Entre las propuestas más destacadas surgieron:
- La necesidad de estrategias de intervención pública para ampliar el parque de viviendas sociales y regular los mercados de alquiler.
- La promoción de soluciones innovadoras, como proyectos de cohabitación o trusts comunitarios de tierras.
- Mayor apoyo financiero e institucional para las familias anfitrionas, incluyendo formación previa y mediación para resolver conflictos.
La jornada concluyó con un llamado a fortalecer las colaboraciones entre actores experimentados y nuevos en el ámbito de la acogida. Los organizadores subrayaron que, aunque iniciativas como el patrocinio comunitario nacieron como respuestas a crisis específicas, su capacidad de adaptación y escalabilidad las convierten en herramientas esenciales para abordar futuras necesidades globales.