Os compartimos nuestro resumen de actividad de la Fundación Ellacuría del año 2016. Lo hemos preparado en dos formatos: infografía euskera – castellano y vídeo. Ambos intentan resumir los datos principales de nuestra actividad, recogida en datos e imágenes, para mostrar el trabajo que hacemos entre personal y voluntariado. Siempre coordinadas con nuestras entidades aliadas, dentro de SJM y la familia ignaciana. Esperamos que os guste, y la compartáis. Nos seguimos viendo en el camino!
“Es posible que el año 2015 sea recordado por la crisis de personas refugiadas que se desató durante su verano. Más de un millón de personas arribaron a las costas europeas, huyendo de la guerra, buscando una nueva oportunidad. Y se encontraron con la parálisis gubernamental, en el mejor de los casos. En el peor, con la hostilidad más excluyente. ¿Cómo podemos afrontar y colaborar en semejante reto? ¿Cómo podemos estar mínimamente a la altura de nuestros valores y declaraciones?” Este texto es parte de la introducción de nuestra Memoria del año 2015. Os invitamos a leerla, compartirla y acompañarnos en esta tarea ciudadana de exigir a nuestros gobernantes respuestas a la altura de la situación. Y por otro lado, ejercer nuestra ciudadanía, nuestra solidaridad, como complemento de la responsabilidad pública, en el respeto a los derechos de las personas refugiadas y migrantes. Puedes leer el texto completo aquí. Y en euskera, aquí.
En el marco de la Campaña de Navidad que desde el Colegio Nuestra Señora de Begoña (Bilbao) organiza vinculando a su alumnado y familias, ya será el tercer año que la Fundación Social Ignacio Ellacuria colabora en la propuesta que se realiza a los estuidantes que cursan bachiller. En concreto se les anima a conformar “mochilas de emergencia” (ropa de abrigo, mudas, calcetines, calzado, alimentos en conserva, saco de dormir…) para facilitarlas a otros jóvenes que viven en Bilbao, que son de origen extranjero, y en un porcentaje importante ha salido de los centro tutelados de la Diputación Foral de Bizkaia al cumplir la mayoría de edad. Nos parece que es un buen momento para que estos jóvenes estudiantes conozcan la realidad de chicos no muy distantes en edad que viven en su propia ciudad realidades muy diferentes a la de ellos y ellas, que en general están invisibilizados y que cuando se les visibiliza suele ser con mensajes negativos del que se hacen eco los medios de comunicación con un tremendo impacto para el conjunto de un colectivo que lucha día a día para abrirse camino. Por ello, son los propios jóvenes que participan en Ellacuria los que pasan por las diferentes aulas explicando la situación que ellos mismos conocen de primera mano, lo han recogido y expresan en el texto que viene a continuación: Al cumplir dieciocho años, mayoría de edad, se termina la tutela que realiza la Diputación y el joven tiene que abandonar el centro de menores. – Hay algunos chicos que continúan su proceso a través del programa de la Diputación llamado Mundutik Mundura. Es un programa que no tiene plazas para todos los que salen de los centros y habitualmente acceden a él los jóvenes que más tiempo llevan en centro, y dura dieciocho meses. – El resto, la mayoría, salen a la calle. No hay entorno familiar que les de cobertura y su red social son jóvenes que se encuentran en una situación muy similar a la de ellos. Los primeros pasos en estas circunstancias es ponerse en contacto con el Servicio de Emergencia Municipal (SMUS) y solicitar la tarjeta de comedor y plaza en el albergue. El albergue facilita plaza para tres noches, una vez cubiertas hay que esperar noventa días para poder volver a solicitar plaza y repetir el ciclo. Una vez solucionado esto hay otro paso a realizar, ponerse en contacto con el Programa Hemen, un servicio conformado por diferentes entidades sociales que intenta ofrecer un acompañamiento educativo a jóvenes en esta situación. Las listas de espera no son menores a los tres meses, en los cuales tienes que empezar a ponerte en marcha. Desde entidades que forman parte de ese consorcio se ofrecen cursos de formación profesional. Es indispensable comenzar alguno para poder ser atendido. En centro formativo se vuelve espacio de referencia para cualquier entidad acompañante o interviniente en el proceso del joven. Este proceso formativo se inicia desde la situación de calle en la que se encuentran y la realidad es que la exigencia que se pide a los jóvenes en calle es exactamente la misma que a un chico que va desde su casa y su entorno familiar. Se pide la misma puntualidad, concentración, ritmo que al resto de jóvenes que realizan el curso. Cuando viviendo en la calle, en una casa abandonada, debajo de un puente, en una chabola, no descansas igual, estas en constante situación de alarma, tienes frío, te duele la espalda, la situación de salud se resiente… No es fácil. Los recursos son muy limitados, la sensación de soledad es grande. Hechas de menos un entorno que te acoja emocionalmente, que te arrope, tu familia… Y tienes unas exigencias educativas, profesionales, que te exigen y no quieren que te abandones, que te dejes caer en el victimismo y la autocompasión. No es fácil. Estando en la calle la consigna es AGUANTAR. Con la duda de cuando seré atendido y se abrirán posibilidades de entrar a un piso, plaza de larga duración en un albergue, acceso a Gauean, solicitud y recibir ayuda económica… Vivir con la duda, la indefinición, sin plazos concretos es duro. La situación en calle es complicada y dura, en los últimos tiempos hemos ido viendo cómo se reducían los apoyos que desde las asociaciones se nos facilitaban en algunos momentos. Sus recursos también son menores. A veces algún conocido que ya está en piso o tiene alguna ayuda te deja pasar alguna noche en su casa, te facilita algo de ropa o comida, te da algo de dinero, o te permite darte una ducha o lavar la ropa. Otras a través de otro conocido contactas con alguna asociación con la que mantienes algún contacto posterior y te va apoyando en lo que puede. Pero , no se conoce los espacios de la ciudad, los recursos… Estando en el centro de menores, cuando has hecho alguna salida ha sido a un sitio concreto, a veces acompañado… En este contexto damos los primeros pasos los jóvenes de dieciocho años extranjeros que cumplimos la mayoría de edad aquí en Bilbao, en Bizkaia, sin que nuestras familias estén cerca. Muchas gracias por vuestra atención, escucha y por vuestro interés en conocer una realidad diferente pero real.
El sábado 10 de enero, tuve la oportunidad de celebrar en Barakaldo junto con la Asociación Agharas y las asociaciones de la Plataforma Sumando-Gehituz de Barakaldo, el nuevo año bereber 2965 El ambiente de juventud y alegría que compartimos, ha sido una experiencia muy estimulante. Jóvenes que con historias complejas, fueron capaces de compartir una celebración alegre y reivindicativa. Jóvenes que transmiten convicción con la música, el humor, los versos en su lengua Amazigh que aunque no entendiéramos su significado literal, me hacían pensar en ellos mismos en el futuro, transmitiendo esta cultura a sus hijas e hijos que quizás nazcan en Euskadi. Un año nuevo, el 2965 del calendario Bereber, que como cualquier nuevo ciclo, les llena de ilusión y esperanza de concretar sus sueños. Sueños de una vida plena, una vida en constante desarrollo, luchando por darse a conocer con su juventud y ganas de vivir, mirando a los ojos a una sociedad que muchas veces los observa con recelo. Desde la Fundación Ellacuría acompañamos también estos procesos personales y con una mirada grupal. Deseamos que se les conozca y valore, como parte de esta juventud diversa que convive en nuestra sociedad. Para toda la comunidad Bereber en Euskadi, Zorionak eta Urte Berri On!
El equipo de Ellacuria os felicita las fiestas y os hacemos participes del sentir de sábado 20 de diciembre, en el que conmemoramos el Día Internacional de las Personas Migrantes. Proclamado así por las Naciones Unidas: “Considerando que la Declaración Universal de Derechos Humanos proclama que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, y que toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en ella, sin distinción de ningún tipo, en particular de raza, color u origen nacional. Teniendo en cuenta el número elevado y cada vez mayor de migrantes que existe en el mundo. Alentada por el creciente interés de la comunidad internacional en proteger efectiva y plenamente los derechos humanos de todos los migrantes, y destacando la necesidad de seguir tratando de asegurar el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los migrantes. Decide proclamar el 18 de diciembre Día Internacional del Migrante” Aprovechemos estas fechas para centrar nuestra mirada en las fronteras, en las visibles y las invisibles, que son lugares de encuentro y de diferencias. Y sin olvidar que cada vez que superamos unas fronteras, nos empoderamos y crecemos. Superar fronteras nos exigen alzar la voz para dar a conocer propuestas y necesidades, tender la mano a otras y otros para unir nuestras luchas, teniendo unos objetivos bien claros. Crecer en derechos es uno de los objetivos. Que los derechos de las personas migradas no se recorten. Que los derechos se reconozcan por parte de las administraciones y poderes políticos. Y ante el recorte de derechos, nuestra reclamación se hará oir. Nuestro lema en este día es “CRUZANDO FRONTERAS PARA CRECER EN DERECHOS”.
El pasado 15 de noviembre, dentro de las propuestas formativas destinadas a asociaciones de personas migradas, hemos realizado un encuentro sobre el tema de Gestión económica y subvenciones, específicamente en este caso, subvenciones del Ayuntamiento de Bilbao Desde el área de acompañamiento asociativo de la Fundación Ellacuria proponemos espacios de formación que faciliten y empoderen a quienes gestionan las mismas, de manera que puedan ganar en autonomía y capacidad de planificación de sus actividades. Hemos contado con la colaboración de Mª José Mintegui, voluntaria de la Fundación especialista en gestión, quien ha compartido claves para mejorar la planificación de un presupuesto, organización de facturas, etc. Las asociaciones pueden contactar con ella de manera individual, a fin de recibir orientaciones en cada caso particular. Mª José nos comparte sus impresiones del taller: “Me pareció importante el número de gente que había, la atención de todos ellos, las preguntas, el clima de confianza, las ganas de hacerlo bien, de repetir otra clase. Me sentí muy a gusto, lo que más me interesa transmitir es que gestionamos dinero público y debemos hacerlo bien, que con un poco de organización todos lo pueden hacer y si no pueden para esto está la fundación, para darles un apoyo”. Las asociaciones siguen con mucho interés el tema del acceso a subvenciones, y la manera de mejorar los aspectos de gestión. En cualquier asociación el tema de la gestión económica es un aspecto donde la transparencia es un objetivo y una necesidad. Asistieron representantes de asociaciones con las que realizamos un acompañamiento más directo, y otras, que siendo más nuevas, empiezan a recorrer este camino, animadas por un deseo de realizar un trabajo coordinado y bien encaminado.
“Existir es existir políticamente” A. Sayak El pasado 19 de noviembre se cumplieron 81 años desde que las mujeres ejercieron efectivamente el derecho a votar libremente en España. Aunque dicho derecho, junto con otros muchos, se canceló durante la dictadura, otros países tardaron más en reconocerlo. Por ejemplo, Suiza no lo hizo hasta 1971. Hoy nos parece inconcebible que hasta hace relativamente poco la mitad de la población estuviera excluida de la condición de ciudadana. Participar en la toma de decisiones de aquello que nos afecta es un derecho elemental, que hunde sus raíces en nuestra condición humana de seres sociales. Hoy, la ampliación del círculo de la ciudadanía encuentra un último reducto en las personas inmigrantes, que de hecho son excluidas de la capacidad de elegir a los representantes en los lugares donde viven, trabajan, contribuyen y crean sociedad. Se trata, a nuestro juicio, de una anomalía democrática de primer orden. En el debate sobre la integración de las personas inmigrantes solemos poner énfasis en el acceso al empleo, a los servicios y a las prestaciones del estado de bienestar. “¡Primero hay que comer!” – dirán algunos. No les falta razón, al indicar que existen unas bases materiales mínimas que soportan la condición ciudadana. También incluimos en la idea y trabajo por la integración la cuestión de la participación social, apoyando y fortaleciendo las relaciones comunitarias, el asociacionismo, las redes y plataformas de entidades. Sin embargo, la participación política y electoral suele estar ausente del trabajo por la integración. Cierto que en nuestro entorno existen limitaciones legales importantes, empezando por el artículo 13.2 de la Constitución Española, que condiciona la participación a la existencia de tratados internacionales bajo el principio de reciprocidad. Se trata, sin duda, de un marco legal insuficiente, que debería modificarse para abrirse a la plena posibilidad de sufragio activo y pasivo de los extranjeros residentes. Sin embargo, mientras tanto, es necesario hacer uso del margen legal existente, por pequeño que sea. De esa manera, se podrá comenzar a revertir la tendencia a la infra – representación política de las personas residentes de origen extranjero, con la consiguiente dificultad para hacer valer sus intereses y voces – también diversos- en la esfera pública. Por eso, mientras seguimos abogando por que se desvincule la condición ciudadana de la nacionalidad y por que existan mecanismos más inclusivos de participación política, no dejamos de hacernos eco y recomendar esta guía electoral de Harresiak Apurtuz, con todas las indicaciones para poder participar en las próximas elecciones locales, que tendrán lugar en primavera del año que viene.
El próximo jueves 18 de diciembre se celebra el Día internacional de las Personas Migrantes, celebrado por primera vez en el año 2000 a iniciativa de las Naciones Unidas. Desde la Fundación Ellacuría queremos invitaros a un encuentro de Música y Reivindicación, que realizaremos dentro de la programación de Munduko txokoa, formación para la solidaridad en Arrupe etxea, el sábado 20 de diciembre a partir de las 18,30 horas, en el salón de Actos de Arrupe Etxea, c/ Padre Lojendio Nº 2, Bilbao (cerca del metro Abando). Compartiremos música, reflexión y una dinámica con el lema “Cruzando fronteras para crecer en derechos”. Nos acompañarán los grupos musicales Sin fronteras, Izen Barik y Sapali Percussion. Al final, realizaremos un pequeño lunch. Una actividad para toda la familia. Entrada libre. Os esperamos! Informazio gehiago
La Asociación Diáspora Saharaui – DISABI- está realizando una serie de actividades en el Ayuntamiento de Basauri, dentro de las propuestas deProgramación Basauri Sahara “Planeta Basauri”. Se están realizando diversas actividades, exposiciones, charlas, cine-debate, talleres, con la intención de acercar a la ciudadanía la realidad y las luchas del pueblo saharaui en la actualidad. Adjuntamos programa con las actividades propuestas.
“¡Ah! Así que trabajáis en el ámbito de las migraciones. Pensaba que con ese nombre vuestra organización estaría más relacionada con el pensamiento y la acción de Ignacio Ellacuria”. El anterior es un comentario que se produce no pocas veces cuando personas conocedoras de la vida del rector de la UCA de El Salvador asesinado hace ahora veinticinco años descubren que nuestra misión gira en torno al trabajo por la ciudadanía inclusiva desde la realidad de las personas migrantes. Durante los días pasados me ha asaltado frecuentemente este cuestionamiento. He tenido ocasión de compartir un tiempo con la Red Jesuita con Migrantes en Guadalajara – México. La red está compuesta por todas las entidades jesuitas que acompañan, sirven y defienden a las personas migrantes. En este caso, en el llamado “flujo norte”, que lleva a miles de personas centroamericanas y mexicanas a transitar desde sus países, a través de México y hasta los Estados Unidos. He podido aprender sobre la situación en los países de origen. Junto a las razones económicas y a la reunificación familiar, cada vez cobra más fuerza la expulsión por la violencia social ejercida por el crimen organizado y las maras. Nos hemos asomado a la inmensidad de sufrimiento y violaciones de derechos humanos que enfrentan los migrantes en su tránsito. Acoso policial, secuestros, crimen organizado, extorsión, violencia sexual, tráfico de personas, accidentes en “La Bestia” (los trenes de mercancías que abordan para avanzar). Muchos y muchas desaparecen en el camino. “Lo importante es no perder la vida para seguir adelante…soportamos que nos golpeen, nos secuestren y vendan, nos violen, nos roben…” decía un joven hondureño en un albergue de Guadalajara. Pedro Pantoja, sacerdote a cargo de los albergues en un territorio controlado por el cártel de los “zetas”, hablaba de “la flor que nace de la muerte” en referencia a las tantas mujeres que a pesar de sufrir vejaciones y violaciones en el camino, conservan la determinación de tirar adelante. También hemos conocido a toda la red de personas que se movilizan en su apoyo, muchas veces enfrentándose a los mismos poderes fácticos y criminales que controlan el territorio. Son redes de albergues, gente organizada o individual que ofrece su hospitalidad, aun a costa de jugarse el patrimonio y la vida. Las Patronas, mujeres campesinas de México que apoyan a los migrantes, quizá sea una de las experiencias más conocidas. “¿Por qué es delito compartir nuestro pan?”, nos decía Norma Romero, una de sus fundadoras. “Ustedes nos importan, también tenemos hijos”, es lo que replican a los migrantes que se sorprenden ante su respuesta solidaria. Las caravanas de madres y familiares que parten de Centroamérica en busca de los familiares desparecidos en el camino también suponen también una reacción a toda esta violencia. El tránsito culmina con el paso de la frontera a Estados Unidos, cada vez más militarizada. A la vez, se produce un fenómeno que conocemos bien en Europa: su externalización. La frontera sur de EE.UU. se corre hacia el sur de México. Los retenes militares y policiales son frecuentes en todos los corredores, muchísimo antes de que los migrantes se acerquen a la línea fronteriza. Quienes consiguen cruzar se enfrentan a la detención, criminalización y a una deportación muchas veces realizada sin la mínima consideración humanitaria. Son dejados de noche, en zonas fronterizas controladas por el crimen organizado, despojados de los mínimos medios, como teléfonos, dinero, etc., donde fácilmente son presa de todo tipo de abusos. La crisis de los menores migrantes no acompañados de este verano ha situado en la palestra esta realidad en toda su crudeza. Y, finalmente, también hemos podido acercarnos a toda la labor que las organizaciones de migrantes latinos llevan a cabo en Estados Unidos por la reforma migratoria, reivindicando el derecho de tanta gente que durante años ha contribuido a la sociedad estadounidense con su trabajo en situación indocumentada. La situación se ha complicado después de las elecciones de principio de este mes. Todo el mundo está a la espera de que el presidente Obama adopte por decreto una decisión que sea beneficiosa para los millones de migrantes que viven una situación tan precaria, separados de sus familias, o con el riesgo de ser deportados y serlo definitivamente de las que formaron en Estados Unidos. Todas estas personas me han impactado y conmovido profundamente. El mencionado Pedro Pantoja, nos hablaba de los y las migrantes como “sujeto histórico emergente” que “nos ha hecho perder el miedo a la muerte” y al cual “tenemos que seguir en su camino, su lucha y sus símbolos”. Esta realidad tan apabullante y central de la realidad sociopolítica del momento, junto con tantas historias desbordantes de coraje, solidaridad y redención en medio de la muerte me llevaron a preguntarme si Ignacio Ellacuria no estaría hoy en medio de esta batalla, con los mismos instrumentos que utilizaba en su tiempo: el análisis crítico, la investigación, el diálogo social y político, la creación de opinión. He podido formular la pregunta a varios jesuitas centroamericanos con los que he convivido estos días. Algunos de ellos fueron compañeros de Ellacuria. La respuesta ha sido coincidente, entre ellos y con lo que yo barruntaba: el “hacerse cargo de la realidad, cargar con la realidad y encargarse de la realidad” propio de Ignacio Ellacuria hoy no dejaría escapar la cuestión migratoria. Claro que esto no deja de ser una especulación y un juego mental. Pero tal llamamiento a analizar la realidad y asumir nuestra responsabilidad en su transformación no puede obviar este auténtico fenómeno de la migración, que impacta a las mayorías populares en Centroamérica y es una seña de identidad del mundo entero. Para hacerse cargo de la realidad, lo primero y fundamental es una mirada honesta a la misma. La mirada desde abajo – desde las víctimas, desde quien está privado de sus derechos, desde “los y las nadie”– es la que nos permite abrirnos a una preocupación universal por una sociedad y una ciudadanía inclusivas. Así que en nuestra entidad llevamos con orgullo y […]