… somos un grupo de personas, de religiones y de orígenes diferentes, que quieren conocerse mejor, informarse sobre la fe de los demás, aceptarse cada uno como es y sobre todo respetarse. De esta manera quieren aportar su contribución al mandato de la Fundación Social Ignacio Ellacuria.
La mesa interreligiosa DIAR trata de dar respuesta a una realidad incuestionable en nuestra sociedad: la diversidad religiosa. ¿Cómo estar presente en la extraordinaria floración de iglesias, mezquitas, centros de culto, grupos religiosos que se despliegan alrededor de nosotros? ¿Cómo estar atentos a los sentimientos religiosos, las prácticas religiosas de tantas y tantas personas que conocemos? ¿Cómo beneficiarnos de la riqueza indiscutible que esta diversidad nos trae?, No es nada fácil. Lo primero que empezamos a vislumbrar es que nuestra actitud debe cambiar, en el sentido de…
… poner en valor una serie de principios o buenas prácticas, una actitud abierta, un talante interreligioso que nos vienen indicados en la sigla DIAR de nuestro grupo:
DIÁLOGO, es decir, estar en actitud de intercambio, de escucha. Abiertos a todas las inniciativas. No queremos excluir a ninguna religión, a ningún movimiento religioso. Por eso estamos en contacto permanente con los y las que buscan lo mismo que nosotros. Asociaciones tales como: «Portal dorado» «Gune» «Baketik» » «Atisha»
INTERRELIGIOSO, es decir, poniendo como objetivo, aunque sea difícil, el llegar a una verdadera comprensión y aprecio mutuos. Que podamos convivir no en juxtaposición – eso siempre ha existido – sino como hermanos y hermanas.
ACEPTACIÓN, no se ecluye a nadie, porque todos somos hermanos y hermanas y porque la búsqueda del sentido religioso de la existencia humana, incluso la queja agnóstica, nos interesan (forman parte de una actividad humana, la más humana que le sea dado hacer al hombre o a la mujer que es dar sentido a su vida),
RESPETO , un respeto sin falla. Respeto a los contenidos,�� tabúes, ritos y prácticas que los fieles de las otras religiones observan, aunque nos parezcan extraños.
Sabemos que estas buenas prácticas no son fáciles de manejar. Sabemos que el diálogo interreligioso tiene un camino largo por delante. Cada persona es fruto del ambiente social, del entorno en donde ha sido educado, de la religión que ha conocido en su infancia. Sabemos que para cada una de esas personas la mejor religión, es la suya, cuando no dice que es la única posible … eso lo percibimos en cada reunión y no nos asusta, ni nos perturba. Son realidades que se irán desvaneciendo con el tiempo. Para eso nos reunimos, para que desaparezca lo que nos separa y entre con fuerza lo que nos une.