El 25 de mayo se conmemora la instauración, el año 1963 en Addis Abeba, Etiopía, de la Organización de la Unidad Africana (OUA), a la que sucede, la Unión Africana (UA).
La Unión Africana ha sido el motor de desarrollo de una serie de instituciones regionales,que incluye el Parlamento Panafricano, el Consejo de Paz y Seguridad, y programas como la Nueva Estrategia de Cooperación para el Desarrollo Africano (NEPAD). Todas intentan reflejar el deseo de África de consolidar los valores de paz duradera, respeto de los derechos humanos, buena administración de los asuntos públicos y desarrollo sostenible.
Precioso.
Qué fácil es decretar un día al año en el que se piensa en ese continente. Parece que así se cumple un expediente. “Ya tienen su día” y… hasta el año que viene. Pero África sigue siendo el continente olvidado del que nadie se acuerda más que las multinacionales, por supuesto, para expoliar sus riquezas propiciando atrocidades que ni siquiera salen a la luz. De vez en cuando, algún periodista se juega la vida y alza su voz, pero en poco tiempo todo vuelve a la normalidad. África es el continente que nos permite vivir nuestro “estado de bienestar” y nos interesa que siga así.
Mientras tanto miles de africanos se ahogan en los mares que nos rodean y otro quedan colgados exánimes en las “cruces” de Melilla.
El día de África no debería de existir. África tendría que tener en los corazones de los occidentales la importancia que en realidad tiene. Es la cuna de la humanidad y está plagada de jóvenes promesas.