Hemos tenido una primera experiencia de hospitalidad. Os la contamos: Como a todas las personas con un poco de inquietud de Evangelio, las imágenes y noticias sobre emigrantes y refugiados, que nos llegan por los medios de comunicación social producen inquietud, responsabilidad y… provocan deseos de pasar del saber al hacer algo, a compro-meternos con algo a nuestro alcance.…
Entramos en contacto con el “Servicio Jesuita Migrantes (SJM) que busca la promoción de una cultura de acogida, de solidaridad y de construcción de la paz desde la práctica de la hospitalidad.” Organización implicada en la acogida y apoyo a refugiados, aquí en Bilbao desde sus locales de la“Fundación Ellacuria” en Arrupe-Etxea……
… Fuimos pensando y madurando si podríamos hacer algo en esta línea, también nosotras, como Comunidad. Nos informamos mucho con Asier, el responsable .…él se ofreció a
venir a casa, a explicarnos las posibilidades reales… por nuestra parte y por las de ellos, el perfil de la personas a las que se puede acoger, cómo respaldan estos compromisos desde la Fundación.
Hablamos también de la posibilidad de nuestra casa y de nuestra condición de Vida Religiosa, que no
coincide para la acogida con el perfil más común de los refugiados, – varones solos, o con familia.- Pero nos dijo que también, puede haber necesidad concreta de acogida, para una mujer sola, o a veces con una hija. Que en nuestro caso es factible.
Fuimos discerniendo en comunidad, pensando cómo sería en la práctica lo que en el folleto dice y pide…
“La cultura de hospitalidad nos invita a abrirnos no sólo a las fronteras geográficas; también a quitar los candados de nuestras fronteras interiores (miedos, estereotipos y prejuicios), poniéndonos ante el otro (extranjero y diferente) con una actitud de diálogo y de caminar juntos.
La acogida convierte a la persona en un miembro más de la comunidad. Ayuda a cultivar ciertas sensibilidades, flexibilidad y apertura hacia el otro.
Exige disponibilidad de tiempo y gratuidad para escuchar, acoger, y en definitiva compartir vida… Vivir de cerca eso de que “el roce hace cariño”, acogiendo las realidades complejas y difíciles, nos ayuda a mirarlas con mayor comprensión, cariño, solidaridad. y nos hace capaces de enriquecernos, de aprender de la diversidad.
Y…dimos los pasos para aceptarlo. Planeamos que esta opción fuese parte del Proyecto Comunitario del curso entrante.
Llegó el verano y el otoño…. El 7 de octubre nos avisan que vendría a casa…una mujer boliviana, de 53 años, recién llegada de su país. Con una larga historia de dificultades.
La acogimos con la ilusión y la esperanza de que fuese una buena experiencia mutua.
Resultó agradable, discreta, educada. Cada día salía a buscar trabajo, en la noche nos trasmitía sus búsquedas, deseos, historia, dificultades…. Se fue metiendo su realidad en la nuestra, sintiéndola cercana.
Fue una gran alegría la de ella, y la nuestra, cuando le salió una posibilidad de trabajo. Había pasado el tiempo acordado. En esta 1ª experiencia breve…
La despedimos, sintiéndola algo nuestro. Quedaba un enlace de amistad, cercanía y comprensión…Nos ha unido ya una cierta amistad. Seguimos de cerca sus pasos, por teléfono.
Evaluamos esta experiencia como muy positiva. Esperamos que se siga repitiendo, con otras personas que lo necesiten.
La Comunidad Mercedarias de Berriz de Otxarkoaga
Para más información http://www.hospitalidad.es