«La Campaña de Hospitalidad busca promover una cultura de solidaridad e inclusión con las
personas migrantes y refugiadas a través de la acción conjunta de las obras y comunidades de
la Compañía de Jesús en España abordando cuatro áreas: acogida, sensibilización social,
incidencia y cooperación internacional. De este modo, la campaña conecta el “aquí” con el
“allí”, construyendo un relato que abarca las causas estructurales de los fenómenos de
movilidad humana con lo que acontece en nuestras comunidades: las dificultades que viven las
personas migrantes para su integración y participación en nuestra sociedad, y las iniciativas que
favorecen nuevas relaciones de solidaridad, encuentro y convivencia.»
Os compartimos aquí una experiencia, en una comunidad de Otxarkoaga,(Bilbao), en la acogida de una madre y su hijo. Hablan las protagonistas:
«Desde hace tres semanas nuestra comunidad ha aumentado en dos miembros. Seguro que os preguntáis quienes son. Ahora mismo os lo explico.
Ella es Nubia, una mujer de 34 años, de Honduras. Trabaja como limpiadora en una clínica veterinaria a media jornada. La vida en su país no le fue fácil. Tampoco ahora lo es en España 10 años después. Tiene grandes deseos de formarse y aprender todo lo posible. Hace un mes tuvo que dejar el piso donde vivía obligada por las circunstancias y desde entonces vive con nosotras hasta que encuentre una nueva vivienda.
Su hijo, Jonathan, de 9 años, nació ya en España, de padre peruano. Va a un colegio del centro de Bilbao. Cada mañana, como su madre va muy temprano al trabajo, somos nosotras, cada una por turno, las que nos encargamos de despertarle, hacer que desayune y se prepare para ir a las 8 al colegio. Es un chaval que sabe reflexionar y buen estudiante. Además de ver los dibujos animados, le gusta jugar a la oca, al parchís etc. Todo esto hace que recordemos un poco lo que supone en las familias tener un niño en casa, con sus risas, sus enfados, su inocencia, sus caprichos, su cariño, etc. también nos hace pensar lo que dijo Jesús: «el que acoge a uno de estos niños, a Mí me acoge «.
¿Qué puedo decir sobre lo que esta oportunidad ha supuesto para nosotras? Simplemente, que intentamos hacer un poco lo que Él hizo a lo largo de su vida: ser humanas, acoger a quien lo necesita y procurar que se sientan a gusto y queridos en su nuevo ambiente. Su presencia nos «obliga» a olvidarnos un poco de nosotras mismas y de nuestros pequeños problemas de cada día. Al mismo tiempo esta convivencia nos ayuda a conocer más de cerca los problemas de tantas personas que, por circunstancias diversas, se han visto obligadas a salir de su país en busca de una vida mejor y más digna, y a darnos cuenta de que continúan encontrándose con grandes problemas de de acogida, trabajo y vivienda, aún después de muchos años.
Nubia y Jonathan nos están enseñando a saber compartir: vivienda, comida, tiempo y sobre todo, cariño.
Pienso que esta ocasión es una Gracia de Dios para nosotras. Y nos impulsa cada día a despertar y a realizar en nuestras vidas esos deseos – a veces dormidos -, de contribuir a la construcción de un mundo más justo y humano.
No quiero alargarme más. Solamente, terminar diciendo de nuevo, que esta experiencia vale la pena vivirla con todo entusiasmo».
Para más información sobre la campaña “Hospitalidad” visita la web www.hospitalidad.es