El pasado 19 de febrero de este año 2014, la Policía Nacional detiene en Bilbao a una persona sin informar absolutamente a nadie. Su pareja consigue contactar con él de casualidad antes de que la haya sido retirado el móvil. Cuando se acerca a la comisaría a pedir información no le dejan ponerse en contacto, y tiene que aguantar los comentarios desagradables y racistas que los agentes presentes en ese momento tienen a bien regalarle. Indignada, preocupada e indefensa se acerca a la Fundación Ellacuria pidiendo apoyo.
Contactamos con el abogado de guardia de extranjería, le informamos de lo ocurrido y recabamos informes de todas las entidades con las que esta persona está en contacto y desarrollando su proceso de incorporación social. Brahim* lleva tiempo en Bilbao y va construyendo su vida a base de tropiezos. Pero levantándose para seguir adelante. Tiene arraigo, quiere construir su futuro en Bilbao, tiene red social, gente que le quiere, y ganas de aportar. Está en su casa.
Cuando el abogado se presenta en el juzgado de guardia Brahim no ha sido presentado ante el juez, y se dirige a la comisaría para preguntar por él. En la comisaría en ningún momento le facilitan la información del joven, no le dejan asistirle y de hecho, dan información errónea sobre la fecha de detención. Así que se van frustrados y con las manos vacías.
Siguiente día, nuevamente a contactar con la abogada de guardia, ponerle al día de la situación, pasarle los informes… Brahim sigue detenido y no se ha informado desde la policía a nadie, ni abogados, ni juez. Gracias a la intervención de SOS Racismo, que asiste a la pareja de la persona detenida, interponen un procedimiento de Habeas corpus, lo que permite que el juez sea informado de la situación.
En ese momento Brahim está de camino al puesto fronterizo de Ceuta. La expulsión se estaba realizando por una resolución de la Subdelegación de Gobierno de Vizcaya que estaba recurrida. Dato que por lo visto no era excesivamente relevante para la Policía, aunque si para la justicia y, por supuesto, para Brahim. Inmediatamente se da la orden de su puesta en libertad estando él en Madrid, sin dinero, ni contactos. No se le ofrece ninguna disculpa, no hay ninguna llamada, no se le abona el viaje de regreso, ni se le compensan los daños ocasionados. Hasta luego.
Esto es lo que se pretende con las expulsiones “Express”, que no haya posibilidad de defensa, de información, de atención. Genera indefensión, se atenta contra los derechos de las personas. Se genera dolor e injusticia.
Aquí en el País Vasco, en Bilbao, recogemos este caso de vulneración de derechos, del ninguneo como ciudadanos. Las propias fuerzas del orden se han saltado las leyes generando indefensión y promoviendo la injusticia.
Sin embargo nos es más visible y accesible la tremenda situación vivida en Tarajal. Quizá tengamos que empezar a abrir los ojos a lo que está pasando aquí y a alzar nuestras voces y sumarlas para decir: No más injusticias. Todos/as tenemos derechos y deben ser respetados.
Mañana quizá detengan a mi hija, vasca, española, hondureña, porque ¿sus rasgos no son europeos?. Y además me entere cuando no llegue a su casa de Bilbao. Ciudad abierta e intercultural. Cosmopolita.
*Brahim es un nombre ficticio para mantener el anonimato de la persona que ha sufrido esta situación.