El pasado 25 de septiembre, diversas entidades sociales que trabajamos acompañando y reivindicando el trabajo digno de las personas que trabajan en el sector de los cuidados y el trabajo del hogar, nos concentramos frente a la sede del Gobierno Vasco y la Seguridad Social en Bilbao para exigir “Todos los Derechos para las Trabajadoras de Hogar, el derecho al desempleo y el derecho a la Renta de Garantía de Ingresos”
Os invitamos a leer el siguiente relato-testimonio de una de las muchas mujeres trabajadoras del hogar que acompañamos y que viven en primera persona una serie de atropellos vinculados a la injusta legislación laboral que regula el trabajo de hogar, especialmente queda reflejado como las llamadas “bajas voluntarias” de las trabajadoras normalmente esconden despidos improcedentes, abusos y amenazas especialmente al tratarse de mujeres migrantes.
“He trabajado en un chalet de Loiu, en la primera entrevista los señores se comprometieron a pagarme 800 € más la Seguridad Social por la jornada de trabajo en régimen interno (cuidado de dos niños pequeños, limpieza diaria del chalet de dos plantas, poner lavadoras y plancha diaria, cocinar…). Cuando empecé a trabajar la señora se negó a hacerme el contrato, durante dos meses y medio trabaje sin contrato, cada día me decía mañana lo haremos y así pasaron los meses. Después de insistir en que me diera de alta en la Seguridad Social aceptaron hacerme el contrato pero con la condición de que yo pagara toda la Seguridad Social, faltando al acuerdo de lo que me prometió el primer día.
Yo acepte por la necesidad de renovar mi tarjeta de residencia y trabajo y sobre todo por si tenía algún accidente en el trabajo, un día me resbale de las escaleras.En las nominas figuraba y me hacia firmar que yo cobraba 800€ pero en realidad ella me daba solo 620€ me descontaba el resto para la Seguridad Social.
El trabajo que acordamos al principio era sólo para trabajar en el chalet pero luego me dijeron que tenía que trabajar en la casa de los suegros y cuidar el jardín. Me cambiaban-aumentaban las tareas cuando ellos querían.Cuando tenia cita en el medico o para algún otro tramite se enfadaban, el último día de trabajo, yo tenía una cita con el médico. Tardé 45 minutos y por ese tiempo me querían quitar las dos horas de descanso diarias a las que tengo derecho, ese día cuando les dije que necesitaba descansar porque me encontraba mal, se enfado ella y su marido y me obligaron a firmar la baja voluntaria y no me dejaban salir de la casa hasta que firmara, yo me negué, dije que no iba firmar nada. Su marido me empezó a insultar y a decir que yo no tenía derecho a vivir en España. Como no me dejaban irme sin firmar lo que ellos querían, llamé a las personas que me acompañan de la Asociación Zubietxe y Fundación Ellacuria y pude salir de la casa gracias a que fue una persona a buscarme.
Luego tuvimos un proceso de mediación para decir que mi retiro no era una baja voluntaria que en todo caso finalizaba mi contrato por el cambio de funciones y tareas que inicialmente habíamos acordado, después de unos momentos de intentar dialogar y llegar a acuerdos para que informará a la Seguridad Social del final del contrato, la señora me dijo “a esto voy yo sola, no hace falta que vengas” mi impotencia fue mayor porque allí me di cuenta que la ley y las normas están mas inclinadas al lado de la empleadora, que mi palabra no es fácil que se oiga.
En este trabajo aguante mucho, vivía permanentemente agobiada y con problemas de salud por tanta carga de trabajo, iniciaba mi jornada a las 7:00h y no paraba hasta las 16:00h descansaba una hora en mi habitación y a las 17:00h reiniciaba todo hasta las 22:00h. Acababa el día muy cansada!!»
En muchos casos, cuando se despide a una trabajadora, sus empleadores manifiestan en la Seguridad Social que el motivo por el cual se extingue el contrato es la «baja voluntaria» de la trabajadora, aunque eso no sea cierto. Con esto pretenden eludir el pago de la indemnización que conlleva un despido, no reconociéndolo sino diciendo que ha sido la propia trabajadora quien ha decidido dejar su puesto de trabajo.
Esto acarrea consecuencias muy graves para las trabajadoras de hogar. Una baja voluntaria supone la suspensión automática de las prestaciones que pudiera estar percibiendo y la imposibilidad de solicitar cualquier tipo de ayuda o subsidio.
Además, en el caso de mujeres migrantes, puede conllevar problemas para la obtención o renovación de los permisos de residencia y trabajo.
El problema es que, hasta la fecha, basta la mera declaración de los empleadores para que se dé por buena sin necesidad de contrastar con la trabajadora si lo que dicen es cierto o no y sin que la trabajadora tenga que firmar ninguna conformidad.
En el testimonio de la mujer que acabamos de leer queda claramente reflejado esta situación de “baja voluntaria” así mismo pueden observarse otra serie de irregularidades tales como:
• Negarse a hacer el contrato laboral tal como lo exige la normativa desde la primera hora de trabajo. A ella se le dio de alta dos meses y medio después.
• El pago de la Seguridad Social (22%) debe ser asumida un 18,30% por la parte empleadora y un 3,07% por la parte trabajadora. En el caso que nos ocupa es la trabajadora quien asumía el total del pago.
• Trabajar más de 8 horas diarias y mas de 60 horas semanales sin reconocimiento económico y sin descanso
Esto esta pasando aquí en Bizkaia, en Bilbao, en el gran Bilbao muy cerca de nosotras, podemos hacer algo?