Durante años la Fundación Ellacuría, junto a otras organizaciones, viene acompañando a mujeres trabajadoras del hogar en Bizkaia. Los principales esfuerzos realizados tienen que ver con la dignificación de su trabajo a través de la formación y de la toma de conciencia de sus derechos y deberes en su actividad profesional y ciudadana.
El pasado 26 de junio ha sido un hito en esta labor. En rueda de prensa, con presencia de diversos medios de comunicación (EITB, El Correo…), fue presentado un documento marco con las condiciones mínimas salariales (ver tabla salarial y comunicado) que se proponen para esta actividad laboral. Estas condiciones han sido elaboradas tomando como base las reflejadas en la normativa del trabajo de hogar , realizando algunas pequeñas mejoras.
Sin entrar a un gran detalle, el documento propone que la parte contratante:
- Reconozca monetariamente, dentro del sueldo, las horas de presencia (tiempo en el que la persona trabajadora está a disposición de la persona empleadora sin realizar trabajo efectivo) de las personas trabajadoras especialmente las trabajadoras en régimen interno.
- Realice 14 pagas anuales (contemplando por ello dos pagas extras completas) tal como se señala en la normativa del 2012.
- Realice el pago de la seguridad social que le corresponde como empleador o empleadora.
Además, esta iniciativa ha permitido que varias organizaciones sociales que realizan intermediación laboral en el caso del trabajo del hogar definan criterios comunes e información similar en sus tareas de orientación (derechos y obligaciones) a la parte empleadora y a las trabajadoras del sector.
Este esfuerzo viene a reforzar el combate contra situaciones de abuso (trabajo de más de 60 horas semanales sin descanso, tareas de gran complejidad que exceden la capacidad de cuidado de una única persona, exigencias inadecuadas para una persona que desarrolla funciones de cuidado –permanecer encerrada, tomar alimentación similar a la persona que es cuidada, descansar en espacios no preparados para ello,…-). Situaciones que son vividas día a día en esta profesión importante para nuestra sociedad, y que, al estar amparadas en la invisibilidad y la privacidad del hogar, necesita que las propias mujeres y entidades sociales alcen su voz como altavoces de denuncia y difusoras de derechos y obligaciones, y que las instituciones públicas asuman su tarea de vigilancia en su cumplimiento.
Los retos aún son muchos en este sector pero la unión hace la fuerza. Adelante!!!