Hace ya tres semanas que hemos digerido los diferentes y riquísimos arroces comidos el pasado 14 de junio en la Plaza Corazón de María. Ahora, con el recuerdo fresco y la evaluación hecha, queremos recoger sensaciones de ese día, el XI Munduko Arrozak , que nos brindó la Coordinadora de grupos de Bilbao la Vieja, San Francisco y Zabala
Desde la Fundación Ellacuria hemos participado junto con otros grupos y entidades con las compartimos propuestas a lo largo del año:
Comunidad de Vida Cristiana CVX Bi, Grupos Arrupe, Asociación Unión de Marfileños, Asociación Diáspora Saharaui en Bizkaia DISABI, Asociación Amigos MIRA, Asociación Benkadi… En total 130 personas inscritas. Se cocinaron dos arroces para 160 personas y comimos 250 personas. Queremos aprovechar este espacio para agradeceros a todos vuestra disponibilidad, ganas, entusiasmo y participación. Vuestra presencia es la que da sentido y avala nuestra intervención.
Este año hemos querido favorecer la corresponsabilidad en el desarrollo de la actividad y nos hemos organizado por comisiones, donde cada persona participaba voluntariamente. Las comisiones intentaban estar conformadas por personas de diferentes asociaciones o grupos, de forma que se favoreciese la pluralidad y el conocimiento mutuo. 35 personas participaron en las comisiones de staff, logística, cocina, kalejira y música.
Los sentimientos que quedan son alegres y el deseo de volver a participar, las dificultades de organización en un evento colectivo como este quedan relegadas a un segundo plano cuando se pone en valor los aspectos realmente importantes: la posibilidad de encontrarnos, de hacerlo de forma festiva, de revindicar el uso del espacio público, de visibilizar en positivo la diversidad…
Tenemos que seguir mejorando, ofrecer un mayor apoyo a la Coordinadora de grupo de San Francisco, Bilbao La Vieja y Zabala en la organización de semejante festejo que moviliza a unas 4.000 personas, y seguir trabajando para que ese día haya dinámicas que vayan mas allá de lo multicultural y tengamos experiencias reales de lo que aporta la interculturalidad. Aunque sólo sean pequeños retazos.