Las trece Historias de cuidados y (des)igualdad. Mujeres migradas trabajadoras del hogar y de los cuidados, narradas en este cuaderno, tienen capacidad de interpelarnos como sociedad civil y de obligarnos a repensar la economía desde la base del iceberg donde se ubican los trabajos de cuidados y sin los cuales sería imposible la vida.Constituyen a la vez una herramienta pedagógica muy valiosa para iniciar procesos de organización de las propias trabajadoras a partir de las cuestiones y las claves socio-jurídicas que se aportan. Puedes acceder a las historias en euskera aquí Puedes acceder a las Historias en castellano aquí
Te invitamos a la presentación de «Historias de Cuidados y (des)igualdad» en la que mujeres migradas trabajadoras del hogar y de los cuidados anuncian el poder de lo colectivo en los procesos de conciencia y empoderamiento y que abren camino a otras en el acá y en el allá desde sus propias luchas y sueños.
Hemos tenido una primera experiencia de hospitalidad. Os la contamos: Como a todas las personas con un poco de inquietud de Evangelio, las imágenes y noticias sobre emigrantes y refugiados, que nos llegan por los medios de comunicación social producen inquietud, responsabilidad y… provocan deseos de pasar del saber al hacer algo, a compro-meternos con algo a nuestro alcance.…
Os compartimos nuestro resumen de actividad de la Fundación Ellacuría del año 2016. Lo hemos preparado en dos formatos: infografía euskera – castellano y vídeo. Ambos intentan resumir los datos principales de nuestra actividad, recogida en datos e imágenes, para mostrar el trabajo que hacemos entre personal y voluntariado. Siempre coordinadas con nuestras entidades aliadas, dentro de SJM y la familia ignaciana. Esperamos que os guste, y la compartáis. Nos seguimos viendo en el camino!
Puedes ver la publicación completa aquí
Desde Emakumeok Bidean: Red de entidades de intervención con mujeres, queremos denunciar la violencia que sufren las mujeres por el mero hecho de serlo. Las mujeres asesinadas no son sólo una cifra, sino que representan la expresión más evidente de la vulneración sistemática de derechos que sufren las mujeres. Emakumeok Bidean está compuesta por Berriztu, Bidegintza, Fekoor, Fundación Ellacuria Suspergintza, Susterra y Zubietxe. Y queremos informaros de las concentraciones que realizaremos en diferentes puntos de Bilbao todos los últimos jueves de mes.
«Es posible que el año 2015 sea recordado por la crisis de personas refugiadas que se desató durante su verano. Más de un millón de personas arribaron a las costas europeas, huyendo de la guerra, buscando una nueva oportunidad. Y se encontraron con la parálisis gubernamental, en el mejor de los casos. En el peor, con la hostilidad más excluyente. ¿Cómo podemos afrontar y colaborar en semejante reto? ¿Cómo podemos estar mínimamente a la altura de nuestros valores y declaraciones?» Este texto es parte de la introducción de nuestra Memoria del año 2015. Os invitamos a leerla, compartirla y acompañarnos en esta tarea ciudadana de exigir a nuestros gobernantes respuestas a la altura de la situación. Y por otro lado, ejercer nuestra ciudadanía, nuestra solidaridad, como complemento de la responsabilidad pública, en el respeto a los derechos de las personas refugiadas y migrantes. Puedes leer el texto completo aquí. Y en euskera, aquí.
Con motivo de celebrarse el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, os compartimos un artículo firmado por nuestra compañera Edith Ulloa, que se publica en la Revista Mensajero. «Siempre es buen momento para recordar y hacer visible aquello que es fundamental y nos preocupa. Cada 8 de marzo solemos tener presente la realidad de las mujeres trabajadoras. Una realidad diversa, compleja y también condicionada por la identidad cultural, social y religiosa en países y sociedades diferentes. No obstante, el camino de la igualdad es un aspecto que nos hace coincidir. En pleno siglo XXI la igualdad real y de presencia de las mujeres en los espacios públicos es una realidad aún en construcción. Las estadísticas nos siguen indicando que la brecha entre la realidad de las mujeres y la de los hombres es relevante: diferencias salariales que reflejan menores ingresos para las mujeres realizando el mismo trabajo que los hombres; no respeto de los derechos laborales en actividades profesionales con mayoría de presencia femenina; mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual; ejercicio de la violencia sobre las mujeres de manera sistemática; dejación de los cuidados y trabajos del hogar, mayoritaria en manos de mujeres, y percepción de la conciliación laboral y familiar como algo destinado únicamente a las mujeres; menor posibilidad de acceso a espacios y posiciones de alta decisión laboral, social y política. Estos y otros rasgos presentes en nuestro entorno confirman que la desigualdad entre hombres y mujeres es todavía un fenómeno estructural y sistémico. Y que, por tanto, los cambios que se necesitan requieren transformaciones de gran alcance que se concreten en, al menos, dos niveles: un nivel macro, donde se construyen las políticas, los sistemas sociales, económicos, normativos y culturales; y un nivel micro, en el que se vive lo cotidiano, las relaciones y entornos de convivencia. Solo es posible caminar hacia una igualdad más efectiva si estos dos niveles se encuentran y retroalimentan. Los cambios en los marcos normativos y jurídicos no tienen efecto significativo en la vida de las mujeres si no se producen, simultáneamente, modificaciones efectivas en nuestras calles, hogares, escuelas… De la misma manera, la transformación de nuestras vidas y vínculos diarios necesitan ir acompañadas por el reconocimiento formal y legal de estar construyendo un nuevo «pacto social» que articule las sociedades de una manera diferente, en el que las vidas de las mujeres sean vividas por ellas y valoradas por la sociedad entera. Tener presente el 8 de marzo como día internacional de la mujer desde la perspectiva de las transformaciones que aún están por llegar, nos hace reconocer con mirada agradecida los grandes pasos dados por tantas mujeres a lo largo de la historia. Muchas aportando desde el silencio y la invisibilidad en sus entornos cotidianos, otras logrando que sus nombres perduraran en el tiempo vinculados a actividades políticas, sociales o profesionales. Su legado es una herencia que inspira y compromete a seguir dando pasos: en la política, la economía, la Iglesia, la sociedad y, a la vez, en casa, la escuela, la calle, el trabajo… El 8 de marzo es una nueva oportunidad para renovar el compromiso por seguir transitando este largo y necesario camino en la búsqueda de una igualdad que está relacionada, en definitiva, con el reconocimiento de la dignidad.» Puedes descargar el artículo en la web de Mensajero aquí.
Compartimos el manifiesto elaborado por Emakumeok Bidean con motivo del Día internacional contra la violencia hacia las mujeres, donde la Fundación Ellacuría ha colaborado. «Llega otro 25 de noviembre y no podemos decir que la violencia contra las mujeres haya disminuido ni que el número de mujeres asesinadas, por el mero hecho de ser mujeres, sea menor que en años anteriores. Consultando los datos que nos aportan las organizaciones de mujeres, nos encontramos con el escalofriante dato de 89[1] mujeres asesinadas por un hombre en el Estado Español, de las cuales 48 lo han sido a manos de su pareja o ex pareja. Respecto a los y las menores 8 han sido asesinadas, 6 a manos de su padre y 2 de su padrastro. Desde 1999, 1.116[2] mujeres han sido asesinadas por parte de su pareja o expareja, según las mismas fuentes. Son datos desoladores que exigen medidas urgentes de actuación para la prevención, atención y erradicación de la violencia contra las mujeres. Este 7 de noviembre hemos vivido un hecho histórico con la convocatoria en Madrid realizada por 700 organizaciones feministas del Estado en contra de las violencias machistas, y para que esta realidad sea considerada una cuestión de estado. Las feministas y la sociedad civil se movilizaron en contra de una realidad sangrante que es necesario termine ya. Y pidieron al gobierno central y los gobiernos autonómicos que se reconozcan todas las manifestaciones de la violencia machista (no sólo la perpetrada por parte de la pareja o expareja) y exigieron medidas para su erradicación. Desde Emakumeok Bidean acompañamos esa movilización, entendemos al igual que el movimiento feminista que no hay sólo una violencia, sino que la manifestación de dicha violencia tiene diferentes caras y se da en todos los ámbitos sociales, tal y como apuntamos en otro manifiesto. Y que su erradicación ha de ser un punto prioritario en las agendas políticas. Es importante nombrar y visibilizar estas violencias y sus manifestaciones para que no se normalice, para que las mujeres y las jóvenes independientemente de su condición , clase social, procedencia, origen étnico, religión, diversidad sexual o funcional la identifiquen y digan no a la violencia desde la dignidad y la libertad, pidiendo justicia y reclamando sus derechos. Sin miedo. En definitiva convirtiéndose en sujetos políticos del cambio social necesario para una sociedad más justa, donde mujeres y hombres viven en igualdad de condiciones. Las organizaciones que formamos parte de Emakumeok bidean estamos en ese camino de transformación social, apoyando y acompañando la autonomía de las mujeres y jóvenes, y la toma de conciencia que supone ser mujer en una sociedad patriarcal. Ojalá más organizaciones y más personas, mujeres y hombres, se sumen a este bien común, por un mundo más justo y libre de violencias. ENTIDADES FIRMANTES: Asociación Susterra, Asociación Educativa Berriztu, Suspergintza Elkartea, Asociación Zubietxe, Fundación Social Ignacio Ellacuria, FEKOOR, Bidegintza. [1] Datos extraídos de http://www.feminicidio.net/articulo/listado-de-feminicidios-y-otros-asesinatos-de-mujeres-cometidos-por-hombres-en-espa%C3%B1a-2015 [2] Datos extraídos de http://www.separadasydivorciadas.org
El pasado viernes 16 de octubre nos llegaba la triste y dura noticia del fallecimiento de Verónica del Carmen. Verónica era una mujer joven, de 28 años, nacida en Nicaragua, que vivía desde hace 4 años en Bilbao. Como muchas mujeres ella migró para poder ofrecer un futuro mejor a su hija de 9 años quién se quedó en Nicaragua bajo el cuidado de su abuela. Su fallecimiento ocurrió el martes 13 de octubre en Derio, en la casa en la que trabajaba como cuidadora de una persona mayor desde hacía unos 8 meses. Una labor que desempeñó durante todos estos años y que le hacía ser parte del amplio grupo de mujeres “trabajadoras de hogar”. Como tantas de ellas, Verónica carecía de contrato y de ningún tipo de cobertura, y a que sus condiciones laborales eran muy duras: no garantizan los tiempos de descanso necesarios, ni su derecho a recibir atención sanitaria, entre otras vulneraciones de derechos laborales. La noticia de su muerte nos golpeaba doblemente: por tratarse de una mujer joven, y por la forma repentina e inesperada de su muerte (un infarto). También nos llena de indignación la invisibilización que ha rodeado a un caso que pone de manifiesto la precariedad en la que tantas personas cuidadoras viven. El grupo Torre de Babel, que forma parte de la Fundación Ellacuría, en su reunión habitual de la tarde de los sábados, quiso mostrar su solidaridad con ella y su familia como si de una de sus participantes se tratara. Todas las personas aportamos lo que nos salía desde el corazón a pesar de las limitaciones personales. Nos afectaba y nos dolía su pérdida. Nos llamaba a la acción, a corresponsabilizarnos de manera solidaria con una compañera con una experiencia similar a la de muchas personas de este grupo. Los mismos sueños y realidades por las que migró Verónica. Ponernos en su lugar no era difícil. El lunes 19 de octubre algunas compañeras del grupo hacíamos entrega del dinero recogido a Sara, prima de Verónica. Con él, nuestras muestras de cariño y solidaridad ante tan irreparable pérdida para su familia aquí y en Nicaragua, su país natal. Gracias a la solidaridad personal y voluntaria de mucha gente, la familia de Verónica ha conseguido en torno a 5.000,00 euros (Nota periodística aquí). Con ello ha podido hacer frente al funeral y a los gastos de repatriación del cadáver. En Nicaragua, su familia (su madre, su hija, hermanas y hermanos) lo que más quieren en este momento es poder darle su último adiós en la tierra que le vio nacer y que no la ha visto volver desde hace ya cuatro años. Por eso, la repatriación del cuerpo es de especial importancia para la elaboración de duelo por su pérdida. La vivencia de estos días en torno a Verónica y su fallecimiento nos lleva a interpelarnos individual y colectivamente. Ella era parte de un colectivo, el de las “trabajadoras de hogar”, cuyas condiciones laborales sabemos que no son las más adecuadas para poder ejercer el cuidado propio, desde el punto de vista de la salud física y emocional. Un trabajo en el que la función principal es cuidar a otras personas, pero que difícilmente contempla el cuidado de quien cuida. Parece poco coherente, ¿no? ¿Algo tendrá que hacer la misma persona, la familia que le contrata, el entorno social en el que se mueve, la legislación laboral…? También resulta una contradicción que la Ley de Extranjería actual genere tanto dolor y vulnere derechos fundamentales como el derecho al trabajo en este caso de mujeres que, como Verónica, están haciendo una labor de cuidados fundamental para la sociedad vasca. Este y muchos temas como las condiciones laborales, de las cadenas globales de cuidado, etc. nos quedan encima de la mesa. Queremos hacer un llamamiento a las autoridades a que, en primer lugar, investiguen las circunstancias que rodean a la muerte de Verónica. Y en segundo lugar, a que impulsen una reflexión sobre las tareas de cuidado, la Ley de Extranjería y las desigualdades sociales y de género que reflejan y retroalimentan, y tomen medidas de cambio.