El Patrocino Comunitario es un programa piloto que nace en 2019 a raíz de la firma del Convenio Auzolana II por parte de ACNUR, Gobierno Vasco, Secretaria de Estado de Migraciones, la Compañía de Jesús y Cáritas. Y en 2021, tras la evaluación positiva del anterior programa, se decide prorrogar el convenio con el fin de dar continuidad a la experiencia.
El Patrocinio Comunitario ofrece la oportunidad a la ciudadanía de participar directamente en la labor de acogida y de acompañamiento con las familias refugiadas. Los Patrocinadores Comunitarios se comprometen a ofrecer cobertura de apoyo social y material a los recién llegados durante su proceso de integración en sus nuevas comunidades.
El programa de Patrocinio Comunitario inspirado en el modelo canadiense es un ejemplo de responsabilidad y esfuerzo conjunto y compartido para encontrar formas de responder conjuntamente a los movimientos de refugiados, de una forma más eficaz, equitativos y más justos.
Para ello se forman Grupos Locales de Patrocinio Comunitario, que son personas voluntarias que actuando en red en el ámbito local asumen la responsabilidad ciudadana de dar acogida a las familias refugiadas que llegan a nuestros pueblos, barrios y comunidades. Se encargan de mantener la relación directa con las personas refugiadas que han sido acogidas.
En lo concreto y atendiendo a la fase previa en la que nos encontramos, las necesidades a cubrir se establecen desde los siguientes niveles:
- Grupo Local de Patrocinio: Se trata de dos equipos de 6-8 personas por familia, que muestren disposición hacia el acompañamiento social de la familia. En coordinación constante con el referente técnico.
- Red de Patrocinio Comunitario: Se trata de una red encargada de dar visibilidad a necesidades y realidades concretas. Estas pueden girar en torno a la difusión de actividades de sensibilización e incidencia o más dirigidas a la resolución de necesidades de cobertura de acogida (vivienda, equipamiento pisos, contactos, etc.).
Aunque durante la primera experiencia, iniciada en 2019, las entidades sociales que desarrollaron el programa fueron Cáritas y Fundación Ellacuría, en 2022 se suman Loiolaetxea encargándose en la experiencia en Gipuzkoa y Alboan en Gasteiz.