Compartimos la reseña de las reflexiones del jueves 22 de noviembre en una charla abierta al público y el sábado 24 donde re reunieron más de 60 mujeres migradas para conversar con Ursula y Norma del SJM-Nicaragua. (Servicio Jesuita a Migrantes-Nicaragua).
Reseña: Sayuri Nishime-Julen San Esteban. Voluntariado Comunicación Fundación Ellacuría
Fotos: Julen San Esteban para Fundación Ellacuría.
«Hay un colapso de las naciones que provoca una migración por pura supervivencia»
Dos investigadoras y una psicóloga centroamericanas participaron en el conversatorio ‘De Centroamérica al corazón de Bilbao’ para hablar de las causas estructurales que provocan el aumento de los flujos migratorios
«Las y los hijos del hambre, de la violencia, de la inestabilidad política y del cambio climático», así describió Úrsula Roldán, de la Universidad R Landívar de Guatemala, a las personas que forzosamente migran en busca de una estabilidad económica, y que recientemente se ha visto aumentado su flujo al formar largas caravanas integradas principalmente por familias hondureñas, salvadoreñas y guatemaltecas. Todas buscan entrar a Estados Unidos, enfrentando durante el camino «políticas migratorias cada vez más endurecidas por el Gobiernos de Donald Trump», afirmó la investigadora durante el conversatorio ‘De Centroamérica al corazón de Bilbao’, que tuvo lugar este jueves en el auditorio de Arrupe Etxea.
En total se han formado seis caravanas centroamericanas, la última ha sido detenida en México. Las imágenes de las más de siete mil personas intentando cruzar el río Suchiate -que marca la frontera occidental entre México y Guatemala- le han dado la vuelta al mundo. En las filas, se encuentran principalmente familias, niñez no acompañada, mujeres jóvenes y «otras intentando salvarse con sus hijas e hijos» de los conflictos armados, de la corrupción y de los procesos económicos estructurales que debilitan y cooptan la democracia en sus países de orígen.
«Si se atreven a salir es porque ya no hay otra alternativa», aseguró Roldán. Y es que quienes salen de sus países, lo hacen aún con el previo conocimiento de que enfrentarán una ruta migratoria cargada de detenciones, deportaciones y secuestros. En el caso de las mujeres «muchas llevan anticonceptivos porque saben que van a ser violadas». En un estudio realizado por la socióloga e investigadora de Servicio Jesuita a Migrantes de Nicaragua (SJM), Norma Hernández, «de 15 mujeres nicaragüenses entrevistadas, 5 fueron abusadas sexualmente».
Pero la vulneración a los derechos humanos no acaban en la ruta, sino que continúan en el lugar de destino. Los bajos salarios, las jornadas interminables, la falta de acceso a una salud integral y los estereotipos que provocan situaciones de discriminación, son solo algunos de ellos.
Mariana Urcuyo, psicóloga nicaragüense e integrante de la Asociación Náhuatl Elkartea de Bilbao, fue contundente en afirmar que la Ley de Extranjería también facilita la vulneración a los derechos humanos de la comunidad migrante. «Cuando migramos, nos vemos obligadas a pasar tres años de soledad, situación de enfermedad y trastorno». Para Urcuyo, si bien es cierto, las cifras del flujo de mujeres migradas en España son importantes, «lo más determinante son las historias que hay detrás de cada una de ellas».
En su mayoría, las mujeres que migran a España se desempeñan principalmente en labores relacionadas al cuidado. Según Urcuyo, se registran aproximadamente 100 mil mujeres, de las cuales 30 mil son las que gozan de seguridad social. «Cuidamos a otras personas pero nos olvidamos de cuidarnos a nosotras mismas», aseguró. Por ello hizo énfasis en la necesidad de integrarse en espacios asociativos y feministas que permitan un mayor empoderamiento en la defensa de sus derechos.
Abuelas al cuidado
La migración continúa siendo mayormente masculina. Sin embargo, desde el año 2000 las cifras de mujeres que han tenido que salir de sus países ha aumentado. La principal razón sigue siendo «el intento de ayudar económicamente a las familias», manifestó la socióloga Norma Hernández. A su vez, la ponente mencionó que las mujeres dejan a sus hijas e hijos a cargo de sus familiares, principalmente de las abuelas, cuando ellas también necesitan de cuidados por la avanzada edad en la que se encuentran.
La socióloga también explicó la sensación de abandono que tienen muchas de las hijas y los hijos respecto a sus madres y padres migrantes. Una dura sensación seguida por una serie de obstáculos e ideas de opresión que dificultan la superación del duelo migratorio.