Este documento pretende sensibilizar sobre las fronteras invisibles que la población extranjera tiene que supuerar en su asentamiento en el estado español. Como lugar, la frontrera es paradógica. límite preciso y a la vez tierra de nadiecuyos contornos se difuminan; barrera que bloquea pero también lugar de encuentro entre mundos diversos, margen exterior de un territorio pero también límite imaginario que margina al interior de un grupo. El reto de esta propuesta de sensibilización e incidencia es cambiar la perspectiva con la que se mira la inmigración en nuestra sociedad, no como un fenómeno coyuntural sino como constitutiva de su actual estructura.A partir de ahí, hay que dar pasos para reconocer las fronteras injustas que la sociedad levanta en su interior para esta parte de su ciudadanía que son las personas inmigrantes, para analizar finalmente los miedos que levantan fronteras y los discursos que las legitiman, las normas que las fosilizan y las prácticas administrativas que las actualizan cada día en nuestras ciudades y pueblos.
Muchas veces, cuando nos hablan de jóvenes inmigrantes, nos vienen a la cabeza un sinnúmero de ideas, casi todas negativas. Pero, ciertamente, no dejan de ser más que un tópico. Pensar que aquellos jóvenes vienen a Euskadi simplemente a pasar el rato o, en el peor de los casos, a dañar la seguridad ciudadana, es un mito falso que deberíamos desmontar para pensar en positivo y valorar los esfuerzos que la gran mayoría de ellos hacen para insertarse en la sociedad de acogida aportando sus talentos y la diversidad cultural que traen. En el mes de diciembre, hemos asistido a una de esas miradas positivas que desmontan mitos y apagan tópicos. La Fundación Social Ignacio Ellacuría y la Obra Social La Caixa se unieron para apostar por el futuro de 14 jóvenes que actualmente se están formando en la Escuela de Química de Jesuitas (Indautxu) para poner todas sus capacidades al servicio de este país. Ellos quieren aportar lo mejor y estas dos obras les han dado un impulso al dotarles de los elementos que pueden ayudar su proceso de aprendizaje. Enhorabuena por los jóvenes y por las organizaciones que siguen creyendo en el potencial que nos brinda la nueva sociedad de la inmigración. Os invitamos a ver la Galería Fotográfica del día de la entrega de los ordenadores. Ver
Por Martín Iriberri Villabona Fundación Social Ignacio Ellacuría Celebramos el día 18 de diciembre el Día Internacional de las Migraciones y de las personas migrantes. Podemos pensar que este es uno de esos días internacionales que ponen en valor a determinados colectivos minoritarios o minorizados, o determinados valores o conductas ciudadanas sobre las que necesitamos llegar a mejores o más profundos consensos sociales, y es cierto que tiene algo de todo eso. Pero este día tiene una relación mucho más profunda con nosotros y nosotras, nuestras familias y nuestra sociedad, que otros días internacionales que hemos celebrado a lo largo de este año 2009 que estamos a punto de terminar. Las migraciones se actualizan en esta parte del planeta en que vivimos como la movilidad de flujos de personas desde África, América o Europa del Este o Asia hacia el norte y sur de Europa. Siempre hubo movilidad y migraciones; muchas de nuestras familias fueron migrantes en un momento dado de su historia, especialmente a lo largo del pasado siglo XX, pero no siempre las migraciones fueron en el País Vasco del signo que hoy las conocemos. Euskadi fue un territorio de emigración en muchos momentos de su historia; se calcula que hasta mediados de la pasada década de los 90 eran más las personas vascas emigradas residiendo en otros lugares que las personas nacidas fuera del territorio y residiendo aquí. Debemos contemplar además la inmigración peninsular que también llegó a lo largo de la segunda parte del siglo XX y la movilidad desde el espacio rural al urbano, que configuraron los grandes núcleos urbanos actuales. Cuando las personas de nuestra Comunidad salieron hacia otros lugares en busca de mejores oportunidades, o por su compromiso religioso, o por los conflictos, la falta de libertad o persecuciones políticas, no lo hicieron con la intención única ni principal de que se les aplicaran en los lugares de llegada o acogida políticas sociales, o para ser perceptores de servicios básicos. Se movieron para hacer valer su dignidad y sus derechos como mejor sintieron que podían y debían hacerlo. Igualmente hoy no podemos confundirnos y no debemos cometer el error de pensar que las personas inmigradas que han llegado a Euskadi en la última década llegaron para ser siempre “los últimos”. Llegaron para ser y estar con los primeros en ciudadanía y en participación cívica, en propuestas vecinales o de voluntariado, en formación e inserción laboral o en investigación, tal como lo están demostrando en nuestras ciudades y pueblos día a día. Pero este Día Internacional de las Migraciones y de las Personas Migrantes el nos recuerda también otro error del que debemos huir: pensar que este fenómeno es unidireccional y que puede y debe ser abordado unidireccionalmente. Al contrario, es un fenómeno lente, integral o crítico, es decir, que nos sirve para releer el conjunto de la sociedad, y no solo a una parte de la misma, a los y las personas inmigradas. Efectivamente es crítico porque contiene un potencial de cambio social complejo sí, pero lleno de nuevas oportunidades para todos, no solo para quienes llamamos inmigrantes. Mayor diversidad cultural y mejor gestionada esa diversidad, mayor pluralismo religioso que nos ayudará a recuperar los espacios ciudadanos también para el debate y el compromiso de las experiencias creyentes, de las ciudadanías con espíritu, más y mejor solidaridad entre las diferentes comunidades que surge de un mayor y mejor reconocimiento, superación de las barreras geográficas no solo para los capitales o las empresas sino también para las personas… compromiso de toda la sociedad y no solo de las asociaciones de personas inmigradas con el desarrollo de sus sociedades de origen, y también de valoración y contraste de los “falsos desarrollos” que encuentran en nuestra, y ya también suya, sociedad de acogida. Celebremos un día que nos invita a todas y a todos a construir el futuro desde los compromisos presentes, no solo en defensa de las personas migrantes, de nuestros vecinos y vecinas inmigradas, sino del conjunto de la sociedad. Pidamos al Parlamento y al Gobierno Vasco, a los ayuntamientos, y a las diferentes administraciones públicas, que den el paso adelante necesario para elevar el debate sobre la adecuada gestión del fenómeno inmigratorio desde los retos de las políticas sociales siempre necesarias hacia los grandes consensos de convivencia ciudadana, siempre necesitados de mayor participación, visión menos cortoplacista y mejora continua de las experiencias de solidaridad de género o generacional, identitaria, religiosa, cívica o de justicia transnacional. Por todo esto, Zorionak en el Día Internacional de las Migraciones.
PROGRAMA Descargar tríptico 3 de noviembre – 19.30 Salón de Grados de la Universidad de Deusto – Bilbao Conferencia: «El papel de la Universidad en el pensamiento de Ellacuría». Ponente: Juan Antonio Senent 10 de noviembre – 19.30 – Salón de Grados de la Universidad de Deusto – Bilbao 11 de noviembre – 19-30 – Salón de actos del Colegio San Ignacio (Bergamín, 32 – Pamplona) Conferencia: «El pensamiento de Ellacuría en torno a la reconciliación». Ponente: José Sols 16 de noviembre – 19.00 Eucaristía presidida por Don Juan María Uriarte – Obispo de San Sebastián Iglesia del Colegio de Jesuitas de Indautxu (Dr. Areilza, 32 – Bilbao) 17 de noviembre – 19.30 Salón de actos del Colegio Jesuitas de Indautxu (Dr. Areilza, 32 – Bilbao) Mesa Redonda: “Reconciliación desde la perspectiva de las víctimas”. 21 de noviembre – 19.30 Salón de Actos de Arrupe Etxea (P. Lojendio, 2 – Bilbao) Acto Ecuménico 23 de noviembre – 19.30 Salón de Actos de Arrupe Etxea (P. Lojendio, 2 – Bilbao) Premier del documental “Ignacio Ellacuría: vida y compromiso” 24 de noviembre – 19.30 – Salón de Actos de Arrupe Etxea (P. Lojendio, 2 – Bilbao) 26 de noviembre – 19.30 – Sala Arrupe (Andía, 3 – Donostia) Conferencia: «El impacto social del pensamiento de Ellacuría ejemplificado en la sociedad salvadoreña». Ponente: José María Tojeira, sj 25 de noviembre – 19.30 Casa de la Cultura de Portugalete Conferencia: “Ignacio Ellacuría: su vida y su misión”. Ponentes: José Ellacuría, sj y José María Tojeira, sj. Gira del Grupo salvadoreño «Exceso de Equipaje» 19 de noviembre – 20.00 – Salón de actos del Colegio San Ignacio (Bergamín, 32 – Pamplona) 20 de noviembre – 20.15 – Iglesia de la Residencia de Jesuitas (Andía, 3 – Donostia) 22 de noviembre – 20.00 – Palacio Euskalduna Sala A1 Con la actuación de Gontzal Mendibil Entrada Libre – se necesita recoger entradas en Arrupe Etxea (P. Lojendio, 2) 25 de noviembre – 20.30 – Iglesia de Jesús Obrero (Francia, 32 – Vitoria) 26 de noviembre – 20.00 – Iglesia del Colegio San Francisco Javier – Tudela 27 de noviembre – 20.00 – Casa de la Cultura de Portugalete Exposición Ignacio Ellacuría y compañeros mártires de El Salvador: “Constructores de una cultura para la Justicia” Rotará por colegios, centros cívicos, iglesias, etc. Durante los meses de noviembre y diciembre.
21 de octubre de 2009 Resolución de reconocimiento del papel de los mártires de la UCA por parte de La Cámara de Representantes de los Estados Unidos de Norteamérica – Descargar el texto 26 a 28 de octubre de 2009 Crónica del Congreso Internacional «Ellacuría, 20 años después» – Universidad de Sevilla «El 16 de noviembre de 1989 fueron asesinados seis jesuitas y dos trabajadoras de la Universidad Centroamericana UCA de San Salvador. “Ignacio Ellacuría, 20 años después” es el título del Congreso Internacional que se ha celebrado entre el 26 y el 28 de octubre de 2009, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla. El congreso ha sido organizado por tres instituciones, el Instituto Missio de la Iglesia católica alemana, de Aquisgrán, el Departamento de Derecho Público de la Universidad sevillana Pablo de Olavide y el Departamento de Filosofía del Derecho de la Universidad de Sevilla. El principal responsable de la dirección académica y científica de este congreso ha sido el profesor Juan A. Senent, del último de los centros citados. Juan A. Senent es miembro de CVX desde 1989, patrono de la Fundación Francisco Suárez y miembro del Centro Arrupe de Sevilla. El congreso se ha realizado gracias a la colaboración económica importante de la Fundación Cajasur, así como de Cajasol, la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía y ETEA. Además han colaborado en el mismo la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, la Provincia Bética y la Revista de Fomento Social. Los congresistas inscritos fueron 130 inscritos, muchos de los cuales se alojaron en nuestra casa de ejercicios de Dos Hermanas, espléndidamente atendidos, como siempre, por Benita. Los congresistas, escribe Juan A. Senent, “han mostrado un gran agradecimiento y creo una sincera felicitación, por la calidad, intensidad y pluralidad del Congreso”. En el público asistente en general se percibieron las mismas sensaciones y valoración. Han asistido entre 40 personas y 170 a las diferentes sesiones, y han participado como ponentes los jesuitas José M.ª Ellacuría, Javier Castillo, Jon Sobrino, presentado por José M. Margenat, y Juan A. Estrada. Los dos últimos ponentes concitaron las mayores audiencias: 170 y 100 personas respectivamente. Además en la sesión de apertura participó, en nombre del director de ETEA, Guillermo Rodríguez-Izquierdo, quien evocó su conocimiento de Ellacuría y el influjo que éste ha tenido en ETEA a través de Jaime Loring y de Vicente Theotonio, quien también ha asistido al congreso. El Provincial asistió a la clausura del mismo. Del congreso se han obtenido unos frutos inmediatos, el despertar de interés de los jóvenes investigadores, en su mayoría extranjeros, en estudiar a fondo algunos temas tratados por Ellacuría; algunas nuevas publicaciones que se harán próximamente, como la nueva edición ampliada y actualizada de Filosofía de la Realidad Histórica, así como posiblemente una edición crítica de la tesis doctoral de I. Ellacuría, inédita hasta la fecha; por último, se ha creado un grupo de discusión y colaboración a partir de la reflexión y discusión sobre el pensamiento de Ellacuría. El interés, la acogida y el reconocimiento entre distintos profesores y profesoras de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, ha sido destacable. Como expresa el profesor Senent: “creo que ha merecido la pena el esfuerzo”. (José M. Margenat, SJ)» Fuente: Provincia Bética de la Compañía de Jesús
“Puede que amemos, puede que amemos mucho. pero el amor de nuestra vida, si es que hemos de llamarlo así, es tan solo el índice de un libro que está todavía por escribir” La nueva sociedad de la inmigración y el fenómeno de la globalización han puesto de relieve un sinnúmero de variables que hace unos años nos parecían impensables. Sin lugar a duda, una de las que ha generado más preguntas y más reflexiones ha sido la gestión de la diversidad cultural. Para reflexionar desde la experiencia del encuentro con las culturas, más que desde los acercamientos conceptuales al tema, en la Fundación Social Ignacio Ellacuría invitamos a un grupo de personas para compartir, desde la experiencia, lo que significaba para ellas el encuentro intercultural. En la tertulia, que compartimos a continuación, tomaron parte Marlén Eizaguirre (Bilbao), Edith Ulloa (El Salvador), Diego García (Chile), Martín Iriberri (Pamplona) y Javier Castillo (Colombia). Las preguntas que se propusieron a los contertulios fueron las siguientes: Después de dialogar acerca de la diversidad cultural generada por la nueva sociedad de la inmigración, ¿Qué luces me aporta? ¿Qué cuestionamientos me ha generado? ¿Qué desafíos me plantea? Introducimos la tertulia con las reflexiones de Marlén Eizaguirre quien, de manera creativa, nos presenta la que podría ser una conversación entre una abuela y un joven de alguna generación futura entorno al tema de la interculturalidad. Creemos que esta narración puede poner en contexto las reflexiones del resto de contertulios. Marlén Y, dime abuela ¿Cómo eran aquellos tiempos en los que la gente se veía diferente? Pues, ¡por dónde empezaría! ¡Era todo tan de otra forma! Pero bueno… te contaré que antes, hace muchos, muchos años, la academia y las Universidades consideraron que las diferencias entre culturas y gentes generaban muchos problemas. En aquel tiempo algunos veían que era más interesante que todos y todas fuéramos iguales y, sobre todo, consumiéramos….ya ni sabrás que es eso ¿no?. Sí abuela, nos contaron en la escuela que en aquella época las personas se volvían locas por tener cosas más que por desarrollar sus capacidades. Sí, así era… ¡cómo han cambiado las cosas! En aquella época había libros, teorías, términos que hablaban marcando pequeñas (o grandes para algunos) diferencias entre unos modelos y otros. Se hablaba de multiculturalismo, interculturalidad, gestión de la diversidad y todo desde enfoques teóricos diferentes. En aquella época comenzamos unos cuantos a darle vueltas a todos estos temas para ponerle rostro y desmitificar todas esas grandes palabras, tratábamos de reflexionar sobre nuestras experiencias en relación con otras personas de culturas diferentes sin casi darnos cuenta que nosotros y nosotras éramos de culturas diferentes y podíamos trabajar conjuntamente, sentir lo que la otra persona sentía y disfrutar con sus actividades, comida, lengua, forma de ser… Entonces, no entiendo ¿Cuál era el problema? El problema es que cuando mirábamos a la otra persona sólo veíamos las cosas que nos diferenciaban y encontrábamos que eran muchas. Muchas de ellas tenían que ver con la personalidad, los hábitos, las comidas, las identidades, la educación, las historias personales y colectivas, las leyes, las realidades… Tantas diferencias no nos dejaban ver lo que nos unía. Además, por aquel entonces las grandes teorías utilizando palabras grandes nos impedían ver lo más sencillo. Eso que ya habían dicho antes otros a través de diferentes relatos pero el que a mi me encantaba era el del Principito: Lo esencial es invisible a lo ojos. Y era así como vivíamos. Ciegos a las cosas esenciales que nos unen y fijándonos en si uno tiene un tono de piel, una forma de vestir, una manera de comer… Pero eso sigue igual ¿No? Hay diferentes pieles, formas de relacionarse… Sí. Sé que ahora es difícil de imaginar pero antes tras el hecho de las diferencias culturales se escondía la intención de unas personas que querían controlar y dominar las riquezas, las cosas, la naturaleza y, también, las personas. En ese sistema todos los medios eran utilizados para que quisiéramos lo que no teníamos, para que viéramos en el otro al diferente, para que creyéramos que las cosas sólo se podían hacer de una manera concreta: las comidas sólo se podían cocinar de una forma, una persona sólo se podía vestir de una forma concreta… Era algo que te lo acababas creyendo ¡de verdad! Tu abuelo, por ejemplo, no se hubiera puesto en aquel momento las faldas largas, ligeras y coloridas que lleva ahora. ¡No me puedo imaginar al abuelo sin esas faldas! Pero ¿Cómo cambió todo eso? ¿Qué pasó? Pues resultó que después de algunas de las reuniones, nos íbamos de cena, nos reíamos, bebíamos y hacíamos propuestas. Una de las propuestas nos gustó porque recogía la idea básica de nuestro grupo y la pusimos en marcha. Enseguida la idea nos superó y comenzó a recorrer primero como brisa de primavera nuestro entorno hasta convertirse en torbellino que enganchaba y sumaba a gentes de todo el mundo. Ahí nos dimos cuenta de cómo no veíamos lo importante y cambiaron nuestras formas de ver a las otras personas, las culturas, religiones, comidas, manifestaciones culturales… Y ¿Cuál fue la idea? Pues muy sencilla, consideramos que lo fundamental era ver en la otra persona el reflejo de uno mismo y como podía enriquecer nuestra mirada del mundo para, desde ahí, empezar a conversar, a degustar, a imaginar… Así pues nos inventamos los espejos colgantes que cada persona que apoyaba la iniciativa llevaba. Estos espejos nos identificaban, nos ayudaban a ver los destellos de personas que compartían nuestra propuesta y a mirar al otro y mirarnos a cada uno desde lo que nos une y desde lo que nos puede enriquecer. Fueron unos años locos, creativos, muy transformadores… ¿Por eso el lema que a veces nos repetías de pequeños… “convierte los reflejos en tu espejo”? Pues sí, así fue, no fue fácil pero fue posible. MIRADAS QUE ILUSIONAN Diego La afirmación positiva de que la identidad –personal o de nuestras agrupaciones- es algo complejo y abierto a posibilidades nuevas y mejores. En […]
CONTROL DEMOCRÁTICO PARA LA GESTIÓN DE LA FRONTERA SUR El Servicio Jesuita a Migrantes – España es una red de entidades jesuitas dedicadas al estudio de las migraciones, a la acogida y formación de inmigrantes, a la promoción de una sociedad inclusiva, integrada e intercultural. Entre estas entidades se encuentran: el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (Universidad Pontificia Comillas), la fundación Migra-Studium (Barcelona), la fundación CeiMigra (Valencia), la fundación San Juan del Castillo (Madrid), la Fundación social Ignacio Ellacuría (Bilbao) y la asociación Voluntariado Claver (Sevilla). Se coordina con el SJM – Latinoamérica y Caribe. Une esfuerzos con el Servicio Jesuita a Refugiados en Europa (JRS-Europe) para hacerse presente en África del Norte, donde trabajan con población migrante. Acompañando a migrantes, se hace consciente del impacto que tienen los mecanismos europeos que externalizan la gestión de fronteras sobre sus condiciones de vida. En este documento, el SJM-España se dispone a analizar brevemente los mecanismos europeos para el control de la Frontera Sur, cómo distorsionan la noción de frontera, y su impacto sobre las condiciones de vida de la población migrante que se sitúa en los entornos fronterizos. A partir de dicho análisis, se propone reclamar a los eurodiputados y eurodiputadas un mayor control democrático que garantice en frontera el espacio de libertad, seguridad y justicia que deseamos para la Unión Europea. Descargar el documento Descargar documento – English version
SEMANA SANTA CON LOS PUEBLOS CRUCIFICADOS TESTIMONIO Me ha costado mucho encontrar las palabras con las que expresar todo lo vivido y recibido en los días de Semana Santa en Ceuta. Incluso hoy me es difícil, pero pienso que todos los amigos que he dejado allí merecen que les demos voz y presencia entre nosotros. Desde la estación Sur, en Madrid, Roberto, Edu, Haydée, Rocío y yo, salíamos el Miércoles Santo hacia Algeciras. Allí se unió a nosotros Tamara y María, y poco después íbamos conociendo a los que serían nuestros compañeros aquellos días, de otros grupos y comunidades, pero todos unidos en el deseo de acompañar a Jesús en su muerte y resurrección, y de hacerlo allí, en la Frontera Sur, junto a la valla de la muerte. Cruzamos el Estrecho, 14 Km. que han dado sepultura a tantos chiquillos, a tantos hombres y mujeres que buscaban sencillamente una vida algo mejor. Y allí está Ceuta, rodeada al norte por el mar y al sur por una doble valla de seis metros de altura con una alambrada en lo alto. Hace 15 días murió un muchacho desangrado al engancharse su cuello al alambre. Y en lo alto el cielo estrellado. Allí nos esperaban Teresa, que se había adelantado a nosotros para organizar estos días, Dani Villanueva sj, y Paula y Cande, Carmelitas Vedrunas que viven en Ceuta. Jueves Santo: Pan que se da Damos y recibimos. Recibimos más que damos. Visitamos el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes, eufemismo para llamar a la dulce prisión en la que viven los que llegan a Ceuta, los que no tienen derechos, los que no son, los que son invisibles. Subimos al bosque donde han huido y malviven 54 indios del Punjab desde hace año y medio, nos abrazan, nos sonríen, nos sientan a su mesa, comparten con nosotros su vida. Y todos ellos, de Guinea, Senegal, Congo, India… entran en nuestro corazón y ya nunca saldrán. Viernes Santo: Pan que se parte Desde el bosque hasta la Iglesia caminan junto a nosotros, en silencio, llevando la Cruz. Rezan con nosotros frente a ese mar que les separa de su sueño. Tantos crucificados en el mundo no caben en nuestro corazón. Pero ellos en su coraje, en su transparencia, en su dignidad… nos devuelven la vida y la esperanza en medio de tanta muerte. Sábado Santo: Pan que se reparte Cruzamos la frontera hecha por los hombres, la que separa el Norte del Sur, y llegamos a Marruecos. A Roberto y a Edu, ecuatorianos, un policía no les permite pasar, les falta la visa en su pasaporte. Pero ¿acaso la luna y las estrellas necesitan demostrar algo con visas para mecerse en el cielo cada noche? Seguimos, impotentes, sin ellos. En el silencio de la ausencia de Dios. Pero llega la noche, la gran Noche de la Luz, la Palabra y el Agua. En la sala de la casa de las vedrunas ya casi no cabemos. Sentados en esa alfombra sobre la que han dormido tantos hombres que llegaban cansados y heridos después de un viaje largo e innombrable, y encontraban por fin un poco de pan, descanso y cariño. Sentados en el suelo, que ya no hay sillas suficientes, celebramos juntos el Amor de Dios. El Dios de los pobres, de los olvidados, que acompaña a su pueblo de inmigrantes y refugiados, el Dios de las lágrimas y las sonrisas, el Dios de los abrazos y de las palabras, el Dios que es parcial y se sienta junto a los pequeños y opta por los oprimidos, que permanece, que es fiel, el Dios que se hace pan y vino, que se da, se parte y se reparte. No sé decir mucho más. Ojalá pudierais conocer a Ropar, Gurjit, Baboo, Dao, Raj, Gabriel, Omar, Ibrahim… En su dignidad, en su transparencia, en su generosidad, en su coraje, en su hospitalidad… Dios vive. Y con Él, todos los que soñáis un mundo sin vallas ni fronteras, todos estabais entre nosotros. En la tristeza que sentíamos la noche del Jueves Santo al escuchar los relatos de sus viajes junto a la valla, en nuestra rabia e impotencia ante tanto dolor, en nuestra culpa y responsabilidad ante tanta injusticia… estabais conmigo. En el Vía Crucis del Viernes Santo caminando serenamente junto a nuestros nuevos amigos, y en la soledad y el silencio confundido del Sábado Santo. Ahí estabais entre nosotros. En la certeza de haber visto al Señor en los rostros y las vidas de todos con los que hemos compartido estos días de Semana Santa, estabais todos. Sólo os pido una cosa. Rezad por los subsaharianos que viven en el CETI y por los 54 punjabíes que sobreviven en el bosque. Rezad por ellos, por todos los que caminan por montes y desiertos, cruzan mares, saltan vallas y muros… en busca de una vida que les hemos robado. Adelaida CVX en Donosti Pulsando el enlace podéis ver un documental presentado recientemente sobre el tema narrado en este testimonio: http://www.vimeo.com/4345715 Leer el texto de la Denuncia de la comunidad de Punjab (India) que lleva viviendo en condiciones infrahumanas en Ceuta Leer el artículo de El País publicado el 22 de marzo de 2009 sobre los Punjab en Ceuta