III FORO SOCIAL MUNDIAL DE MIGRACIONES Rivas Vaciamadrid (España) – Septiembre de 2008 El Foro Social Mundial de las Migraciones – FSMM es un acontecimiento que se encuadra en la línea de los Foros Sociales Mundiales que, desde el año 2001, vienen ofreciendo diversos formatos bajo la coordinación de un Consejo Internacional. Se trata de Foros Mundiales, Foros Regionales y Foros Temáticos. El FSMM celebrado entre el 11 y el 13 de septiembre de 2008 en el municipio de Rivas Vaciamadrid (Madrid, España) se sitúa dentro de los foros temáticos, siendo el tercero que se celebra a nivel mundial. El FSMM es un espacio de debate democrático de ideas, de reflexión, formulación de propuestas, cambio de experiencias y articulación de movimientos sociales, redes, ONGs y otras organizaciones de la sociedad civil que se oponen a la globalización neoliberal comandada por las grandes corporaciones y quienes sirven a sus intereses y a las consecuencias de su dominio tales como la restricción del reconocimiento de la ciudadanía y los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales y el apoyo a la libre circulación de capitales que no siempre se ve acompañada por la libertad de circulación de las personas. Es un proceso mundial que busca la construcción de otro mundo posible, de una sociedad planetaria orientada a una relación fecunda entre los seres humanos y de estos con la tierra, consolidando una globalización solidaria en la que se reconozcan los derechos de los desplazados y su integración en los países de acogida en el mundo. El III Foro Social Mundial de las Migraciones aprobó en su clausura la siguiente declaración: Nuestras Voces Somos personas y organizaciones de migrantes, desplazados/as y refugiados/as; víctimas del tráfico de seres humanos y la trata; somos también movimientos y organizaciones sociales trabajando junto a ellos; somos sujetos individuales y colectivos que, preocupados por el hecho migratorio comprendido en su integralidad, nos hemos ocupado de desarrollar acciones comprometidas con la transformación radical de las condiciones en las que los seres humanos se han visto obligados a migrar, desplazarse o refugiarse. Nosotras, las personas migrantes, desplazadas y refugiadas y nuestras organizaciones, nos constituimos en un nuevo sujeto político y en una fuerza social mundial que se consolida en este III Foro Social Mundial de las Migraciones. Por todo lo anterior y con legítimo derecho, levantamos nuestras voces para decir: No al creciente deterioro de las condiciones de vida que impacta a la mayoría de las personas del planeta, en el norte como en el sur global y que impacta de manera especial a las personas migrantes, refugiadas y desplazadas de los diferentes continentes, y muy especialmente las de los pueblos palestino, saharaui, colombiano, sudanés e iraquí y a las políticas cómplices de Estados Unidos, Europa y España en particular. No a las migraciones forzadas de los pueblos indígenas como resultado de la expropiación de sus tierras y de los megaproyectos agroindustriales, que traen como consecuencia el desarraigo y la destrucción de sus culturas. No a las diferentes manifestaciones de racismo en contra de las personas y comunidades migrantes en todos los continentes y particularmente, en contra de las personas de África Negra y la comunidad latina en los Estados Unidos. No a la reproducción y el fortalecimiento de un sistema patriarcal que, en el contexto de la feminización de las migraciones, profundiza aun más la asimetría de género ya existentes, y se traduce en la continuidad de la ubicación de la mujer en trabajos relacionados al ámbito privado y al cuidado de otros, en condiciones de esclavitud. No a los proyectos que estigmatizan, segmentan y excluyen a las personas migrantes y sus familias y deterioran el tejido social comunitario y organizativo. Rechazamos la pretensión de transformar las remesas en sustituto de políticas estatales de desarrollo en los países de origen y en refuerzo al circuito financiero del capital, ampliando aún más las históricas asimetrías sociales, políticas, económicas y culturales. No al discurso mediático convencional que desde los estereotipos, refuerza la criminalización y la victimización de las personas migrantes como discurso hegemónico; a la xenofobia, la discriminación y el racismo que se propaga desde ellos y que acrecienta esas conductas y prácticas en las sociedades y países de tránsito y destino de personas migrantes. No a la globalización capitalista, neoliberal, concentradora y excluyente, depredadora del ser humano y de la naturaleza y que en su conjunto representa la causa fundamental de las migraciones contemporáneas. Nuestros Derechos Somos sujetos que nos hacemos cargo de procesos; analizamos e interpretamos la compleja realidad del hecho migratorio, desde el lugar del ser humano, su dignidad y la integralidad de nuestros derechos humanos; imaginamos y ponemos en marcha iniciativas múltiples y diversas y apostamos por nuestro protagonismo histórico, por la construcción de otra realidad: En las condiciones actuales del capitalismo mundial, las personas migrantes somos una muestra evidente de las desigualdades económicas y sociales entre los países y dentro de los países. Situación que se profundiza por la sincronía de una crisis mundial, multidimensional: económica, ambiental, alimentaria y energética. La construcción de muros geográficos, políticos, legales y culturales, como la directiva europea de “la vergüenza”, y otras leyes públicas y disposiciones oficiales similares, son una estrategia criminalizante que, en aras de la mayor rentabilidad del capital internacional, elimina todos los derechos humanos. Para ello se recurre, además, a la externalización de fronteras, la internalización mental a través de la persecución, el hostigamiento y las deportaciones; las detenciones arbitrarias, la impunidad policial fronteriza y los centros de internamiento, donde la violación de los derechos humanos es cotidiana. Insistimos en que los acuerdos laborales bilaterales y regionales inspirados en el modelo filipino de programas temporales de trabajadores huésped que, al impedir el arraigo, anula cualquier posibilidad de reivindicar sus derechos, propiciando la sobreexplotación y deshumanización de las personas trabajadoras, cumplan plenamente con las obligaciones establecidas en los convenios 97 y 143 de la OIT; sin lo cual se profundiza el deterioro integral del Trabajo Humano, con pérdida de su valor salarial, social y jurídico, […]
THE NEURALGIC ISSUE OF GLOBAL MIGRATION TODAY Descargar versión en castellano Jon Sagastagoitia Orbea, sj Introduction “Development is the process of expanding human freedoms that include elementary capabilities like being able to avoid deprivations and starvation, undernourishment, escapable morbidity and premature mortality, as well as the freedoms that are associated with being literate and numerate, enjoying political participation and uncensored speech and so on” (1). International trade and global financial markets are very good at generating wealth, but they do not take care of other social needs, such as the preservation of peace, alleviation of poverty, protection of the environment, labor conditions, or human rights (2). Most people know that they “with adequate opportunities, can effectively shape their own destiny and help each other” (3). That is the motivation for migration. Empirical data about migration According to statistics from the World Bank, in 2006 the world population stood at 6.5 billion. 191 million people (3% of world total population) were living outside their country of birth. 64 million of them were living in the European Union; 53 million in Northern America; 45 million in industrious regions of Asia. Migrants represented about the 14 per cent of the total population in these receiving regions. The process of migration has been increasing in the last years. For example, in the period 2000-2005 the net migration from less developed regions to developed ones has been 2.6 million per year. Causes of migration Migration is affected by factors such as international economic imbalances, poverty and environmental degradation, natural disasters, combined with absence of peace and security, human rights violations, and the varying degrees of development of judicial and democratic institutions (4). All these factors push and even force people to leave their countries to seek better opportunities to live. So, there are people who migrate fleeing from armed conflicts, genocide, or human rights abuses (5) (in 2006 there were 13 million refugees in the world, plus 26 million internal displacements). However, the majority of people migrate because of the lack of opportunities to work in their home countries. In this sense, some economic indicators show the unequal income distribution in the world: 16 per cent of the world total population receives 76 per cent of the Gross Domestic Product. This means that GDP per capita in high and middle developed regions is about 99 US Dollar, while in less developed regions (more than 1 billion people) it is less than 2 US Dollar. Therefore, available employment, safety and socio-economic standards in developed countries are the major pull factors for desperate workers in the poor world. Transportation and communication have made moving easier, so that people migrate for better opportunities to live. Effects of migration On one hand, receiving countries are increasingly recognizing the need and benefit of international migration. They are less inclined to reduce immigration than a decade ago. They are implementing policies promoting the immigration of the highly skilled workers to do the well-paid jobs that the native, older population cannot do. But at the same time they are increasing the barriers for majorities of low-skilled workers (6). The five most industrialized countries in the world are spending 17 billion US Dollars to prevent illegal immigration (7). By now, politics about migration have been focused mainly on the control of the borders, at a very high cost in lives and money. The consequences have been: death, illegal immigration and human right abuses. On the other hand, migrants contribute to the economies of their home countries through their remittances. In 2004, remittances sent to less developed countries were 145 billion US Dollars (8), which represents 0.3% of the Gross Domestic Product worldwide. According to the 0.7% worldwide campaign against poverty, migrants are the main supporters of that program. They contribute themselves three times more than official aid. It is an example where the private money is serving the public good. However, there are consequences affecting the development of home countries such as the loss of young workers and exodus of better skilled workers (the issue of “brain drain”). A policy reform: humanitarian aid or justice? The theological reflection (9). Universal freedom of movement.Right to emigrate. Duty of governments to establishand control borders for the sakeof the common good. Right of sovereignty. Based on:• The principle of the universal destination of goods.• The dignity of the human person. SOLIDARITY Migration is not only an ethical and political issue but a theological issue as well. It is related to love of God and to love of one’s neighbor as oneself. The Gospel warns believers to “welcome the stranger,” because “what you do unto the least of my breth¬ren, you do unto me” (Mt 25, 35. 40-41). In this sense, Catholic Social Teaching offers a strong defense for universal freedom of movement (the right to emigrate) and a call for openness and a spirit of solidarity on the part of receiving nations. Pope Pius XII in a letter to the American Bishops in 1948 captures well the two-prong foundation of the right to emigrate: First, it is the principle of the universal destination of goods. Those who are unable to satisfy their needs or to fulfill their familiar or social duties because of unfavorable conditions in their homelands have a right to move to where it is possible to do so. Second, it is the dignity of the human person. It means that every human being has the right to life, to bodily integrity and to the means necessary to the proper development of life. It implies a broad range of social, political and economic rights. However, Catholic social thought also assumes that it is the duty of governments to establish and control borders for the sake of the common good: the sovereignty of the state must be observed. How does one reconcile the tension between the right to emigrate and the right of sovereignty? The issue is the dignity of the human person. It defines, on one hand, the scope of the […]
EL MOTOR DE TODO EL ECUMENISMO EN ESPAÑA: D. JULIÁN GARCÍA HERNANDO ¿Cómo hacer aquí una semblanza de quien, como fundador y director durante casi 25 años, ha publicado decenas de artículos en los que ha puesto bien de manifiesto su carisma ecuménico? Sin embargo, es preciso hablar ahora de D. Julián García Hernando, singular pionero del movimiento ecuménico en España. Su ingente labor de casi 40 años puede dividirse en tres partes: Fundador de las Misioneras de la Unidad, Director del Secretariado de Ecumenismo de la Conferencia Episcopal Española, Fundador y Director del Centro Ecuménico Misioneras de la Unidad. Con todo lo importante de sus dedicaciones ecuménicas, subrayaría como la más significativa el Centro Ecuménico. Una obra para el ecumenismo Allá por el año 1950 llegó a Segovia como rector del Seminario Diocesano, en el que había cursado toda su carrera sacerdotal, transpirando por todas sus actitudes dos inquietudes: cambio y unidad. Efectivamente, durante una década transformó el Seminario anticipándose a muchas cosas abordadas por el Concilio Vaticano II y creó en ese centro eclesiástico un ambiente ecuménico notable. En el Octavario de Oraciones por la Unión de las Iglesias, primero, y en la Semana de la Unidad después, pasaron por allí ecumenistas como el P. Santiago Morillo, SJ, el Ilustre D. Francisco Aguirre, el P. Ignacio Saade, el Hermano Roberto de Taizé y otros. En 1960 creó lo que llamó Academia Ecuménica, desde la que, con estudios, conferencias, exposiciones de libros y revistas de ecumenismo, dio vida a un alto compromiso ecuménico por parte de los alumnos y muchas personas de la ciudad. El 6 de enero de 1962 fundó, con la aprobación del obispo, Mons. D. Daniel Llorente y Federico, que siempre aceptó las propuestas ecuménicas del rector de su Seminario, la Institución Femenina Misioneras de la Unidad. A partir de esa fecha algunas jóvenes de Segovia dedicaron su vida a la causa de la búsqueda de la unidad de los cristianos. Paradójico resulta recordar que entonces en Segovia no existía ni un solo protestante ni ortodoxo. La repercusión de las Misioneras de la Unidad en toda España ha sido considerable y durante muchos años, excepto la realidad ecuménica de Barcelona de la que hemos hablado en otros números de Pastoral Ecuménica, el ecumenismo español ha sido roturado y sostenido por las Misioneras de la Unidad, a las que D. Julián ha dedicado sus mejores desvelos y tiempo. La Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales Nació en la población vallisoletana de Campaspero (campo áspero) en 1920, ingresó en el Seminario de Segovia donde fue ordenado sacerdote el 19 de marzo de 1943. Ingresó en la Hermandad de Operarios Diocesanos y años después fue enviado de rector a Segovia, donde ganó por oposición la cátedra de Historia de la Iglesia, enseñanza que impartió hasta 1966, cuando se trasladó a Madrid para comenzar su trabajo como Director del Secretariado de Ecumenismo de la Conferencia Episcopal Española. A lo largo de 30 años su actividad al servicio de este organismo fue ingente, la era García Hernando, podríamos decir. Le cupo la organización inicial, el desarrollo y la consolidación del ecumenismo en España, tan alejada de estas realidades. Fue el autor de sus Estatutos, primero del Secretariado Nacional de Ecumenismo, presidido por Mons. Pedro Cantero, y pasados unos años de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales. Tareas a destacar, entre tantas, fueron: la creación de las delegaciones diocesanas de ecumenismo, las Jornadas Nacionales de Teología y Pastoral del Ecumenismo desde 1967 a 1983, convertidas en Jornadas Interconfesionales de Ecumenismo de 1984 a 1998. Sus relaciones con el ecumenismo europeo y mundial se hicieron constantes y estrechas como se constata por su asistencia a tantas Asambleas Generales del Consejo Mundial de Iglesias, a siete de las nueve celebradas hasta ahora e incluso a la última de Porto Alegre. D. Julián era bien conocido en los locales del Consejo Mundial de las Iglesias en Ginebra, donde trabó amistad con tantos protestantes y ortodoxos. Entre ellos destaca el Metropolita Emilianos Timíadis, con quien fundó los Encuentros de Religiosas/os, en 1970, hasta este de 2008 en que se celebra, después de 40 años, el XXXVI Encuentro en Sobrado de los Monjes, en Galicia, después de haber recorrido numerosos lugares católicos, ortodoxos y protestantes de Europa. Y también de España en otras ediciones. Una curiosa anécdota que refleja el lugar de D. Julián en el Consejo Ecuménico de las Iglesias: al no encontrar los dirigentes de Fe y Constitución lugar para la celebración de su V Conferencia, consultaron al sacerdote español, por aquellos días en Ginebra, si podría hallar un sitio en España; ni corto ni perezoso recabó el parecer y posibilidades del arzobispo de Santiago de Compostela y en la ciudad del Apóstol tuvo lugar esa reunión ecuménica, en 1993, uno de los mayores frutos ecuménicos. Dentro de la ingente actividad en la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales (CERI) destaca la creación del Comité Cristiano Interconfesional, en 1968, en el que, de forma fraterna, intervenían la lEE, IERE, Iglesias Ortodoxas griega y rumana y otras, que tan grandes frutos ecuménicos produjo a lo largo de 30 años El Comité tenía dos secretarios: D. Julián y el pastor Poveda, de la IEE. Fue un organismo verdaderamente práctico y en la brecha de la acción ecuménica, que hoy debería ser sustituido por un Consejo de Iglesias, no aceptado aún en España por la católica. Por otra parte, CERI organizó y participó en los grandes Congresos Interconfesionales e Internacionales del Centro Ecuménico de la Universidad de Salamanca, como se dijo en el número anterior de Pastoral Ecuménica, y también en Congresos Islamo-Católicos en Córdoba y Alcalá de Henares. No podría citar sino en muchas páginas la actividad ecuménica de D. Julián García Hernando al cargo de CERI, pero he de terminar aludiendo a la creación de su Boletín Informativo, aún subsistente. En 1982 apareció el BEN. Para su estudio y debate CERI convocó una reunión especial y se cuidó, por otra parte, de la contestación al documento […]
Con ocasión de la Jornada Mundial del Refugiado, el Padre Adolfo Nicolás ha concedido a la televisión italiana una entrevista que, por su interés para quienes creemos en una nueva sociedad donde los valores de la acogida, del encuentro intercultural e interreligioso son valores, queremos difundir desde este espacio de comunicación. El Padre Nicolás aborda desde su experiencia en el lejano oriente el tema de las barreras y las fronteras entre personas y estados. Dice: “La frontera la llevamos dentro, porque todos nosotros somos inseguros, todos nosotros tenemos miedo…” Más adelante dirá que las fronteras muchas veces son establecidas por la ignorancia frente a la personas que tenemos delante, “cuando no se ve el resto del mundo, el centro somos nosotros”. El segundo tema abordado en la entrevista es el encuentro, del que dice, es la único medio que tenemos para superar las dificultades y abrirnos a los otros. El encuentro, afirma el P. Nicolás, “nos puede cambiar y nos cambia”. Finalmente abre un horizonte interesante sobre la educación para la acogida. “Abrir, comunicar hábitos mentales, del corazón y culturales para la enseñanza de las variedades: así podemos educar personas flexibles, abiertas, que no se asustan de cualquier novedad o de cualquier cosa diferente, sino que están listas para apreciar todas las posibilidades humanas”. Para leer el texto íntegro de la entrevista realizada por el periodista Aldo María Valli utiliza el enlace de «guardar o imprimir».
Desde hace un poco más de un año la Fundación Social Ignacio Ellacuría, junto con otras organizaciones sociales, se plantearon la pregunta sobre cómo atender y propiciar procesos de incorporación y formación para los menores no acompañados que han ingresado al Territorio Histórico de Bizkaia y, que al cumplir los 18 años, deben salir de los Centros de Menores tutelados por la Diputación Foral. La respuesta a esta pregunta fue la conformación de un Consorcio que pusiera en marcha el PROYECTO HEMEN. El pasado 23 de junio, en el Diario DEIA, apareció la siguiente nota que, por su interés para el mundo de la inmigración, queremos divulgar. Responsable del Proyecto: Estibaliz Martínez CEAR – Euskadi-Bilbao _____________________________________________________ DEIA.COM 23 de junio de 2008 Varias entidades sociales ayudan a 70 jóvenes extranjeros a buscar su emancipación. Ofrecen a los jóvenes que no acceden al programa foral ayuda para acceder a servicios de alojamiento, formación… Aitziber Atxutegi Bilbao. El año pasado 151 jóvenes extranjeros no acompañados se acogieron al programa de emancipación foral Mundutik Mundura. Pero, ¿qué ocurre con el resto de chavales inmigrantes que, una vez cumplidos los 18 años, dejan de estar tutelados por la Diputación? Ésa fue la pregunta que se plantearon, hace más de un año, una serie de entidades sociales que trabajan en el ámbito de las migraciones. Para evitar que cayeran en la exclusión, decidieron poner en marcha el programa de emancipación Hemen que, en sus apenas ocho meses de vida, ha atendido y dado una oportunidad a 76 de estos jóvenes. «Nos dimos cuenta de que había un grupo de chicos de entre 18 y 23 años que estaban en una situación de especial vulnerabilidad, ya que habían salido de los centros de protección y no habían podido participar en los programas de emancipación», explica Estibaliz Martínez, coordinadora de Hemen. Al ver que estos chicos se acercaban hasta sus sedes y después de trabajar cada uno por su lado, la Fundación Ellacuría, Izangai Elkartea, Cáritas de Bizkaia, Asociación Elkarbanatuz, la Asociación Goiztiri y CEAR Euskadi decidieron formar un consorcio -al que este año se ha unido la Fundación Peñascal- y poner en marcha el programa de emancipación, en octubre del año pasado. Su objetivo era -y sigue siendo- diseñar y acompañar «itinerarios de incorporación social» para estos jóvenes extranjeros no acompañados «a fin de evitar su exclusión social». «Son chavales que repentinamente se encuentran fuera de los sistemas de protección en una edad fundamental para el desarrollo de la persona como es la adolescencia, desorientados respecto a los servicios normalizados que atienden necesidades básicas como alojamiento y comida, y otras más específicas como formación, asistencia social, jurídica…», relata la coordinadora del programa. Desde los locales de Arrupe Etxea, una trabajadora social y dos educadores sociales -además de un grupo de voluntarios- les ayuda a encontrar alojamiento y formación, además de cubrir otras necesidades jurídicas o laborales. «Orientamos a los jóvenes hacia recursos normalizados de atención, planteando pasos reales de autonomía», explica Martínez, que en la realidad supone desde facilitarles un piso donde poder residir a tramitarles un pasaporte, matricularles en un centro de iniciación profesional o ayudarles con la manutención. Aunque les ayudan a acceder a una vivienda, advierte de que el programa no ofrece alojamiento directo a los participantes. «No somos un recurso residencial», subraya. Antes de que cumplan 18 años, los jóvenes que están tutelados en centros de la Diputación y que no van a ingresar en el programa Mundutik Mundura son derivados a Hemen. Martínez calcula que alrededor del 80 ó 90% de los menores inmigrantes no acompañados que residen en los centros de Artzentales o Artxanda llega hasta el programa, «un porcentaje muy alto», de la mano de los propios educadores de los centros. El primer paso es realizar una pequeña entrevista de presentación con Hemen. Es una pequeña toma de contacto, una «entrevista de acogida donde intentarnos conocerle un poco, ver cuáles son sus datos personales, en qué centro está, qué ha pasado…», explica Martínez. Posteriormente se realiza otra, más amplia, en la que se detectan las necesidades y se elabora el itinerario de inserción, «conjuntamente. Siempre es pactado entre ambas partes», destaca la coordinadora. A lo largo del proceso se realizan también pequeñas entrevistas de seguimiento, «en forma de tutoría personal o con la persona voluntaria de referencia», y se ajustan los posibles fallos. Estibaliz Martínez destaca la labor que desarrollan estos voluntarios que acompañan al joven a lo largo de esa emancipación y se convierten en sus «adultos de referencia, se implican en sus procesos». Aunque apenas han pasado seis meses desde su puesta en marcha, sus responsables están satisfechos con los resultados que están logrando. «Se ha conseguido que los jóvenes que estaban abocados a la exclusión hayan iniciado un itinerario de incorporación y lo hayan mantenido en el tiempo», se congratula la coordinadora. OBJETIVOS EXIGENTES. El programa se marcó unos objetivos muy exigentes: lograr que el 100% de los jóvenes que salieran de los centros de protección y no llegaran a un recurso de emancipación hubieran al menos conocido el programa y los recursos sociales en la red social normalizada, que el 50% se formara y adhiriera a un plan individual de incorporación social, que el 70% tengan cubiertas sus necesidades más básicas y hayan accedido a las ayudas sociales municipales, que el 25% hayan accedido a un alojamiento, que el 20% hayan podido acceder a una primera experiencia laboral… A pesar de reconocer que el programa tiene «un escaso recorrido como para dar una buena evaluación del mismo», su coordinadora cifra en un 90% el cumplimiento del objetivo general que se marcaron en su fundación: ofrecer una oportunidad a jóvenes que, de otra forma, estarían condenados a la exclusión.
DIRECTIVA EUROPEA DE RETORNO… NUEVO DESAFÍO PARA LA SOCIEDAD DE LA INMIGRACIÓN Equipo de la Fundación Social Ignacio Ellacuría La Directiva Europea de Retorno (en adelante DER) ha suscitado un sinnúmero de reacciones entre las personas inmigradas, entre los colectivos que acompañamos sus procesos de incorporación social y entre diferentes actores sociales y políticos. No en vano han surgido estas reacciones pues esta nueva directiva, aprobada por la mayoría del Parlamento europeo, estigmatiza aún más a la población inmigrante y, de alguna manera, criminaliza el hecho de la migración Sur-Norte con categorías, a nuestro juicio, desproporcionadas. Con el pretexto de gestionar de la mejor manera la política de migración en el conjunto de los Estados miembros de la Unión Europea, como se afirma en los considerandos de la directiva(1), se puede generar un clima racista y xenófobo que en nada ayudaría a construir una nueva sociedad de la inmigración donde los valores compartidos sean una fuente de riquezas para las propias identidades nacionales de los países receptores. Las nuevas sociedades multiculturales ven en los flujos migratorios una oportunidad por cuanto el diálogo y el encuentro con otras formas de entender la realidad y de gestionar la construcción social aportan nuevas perspectivas que, una política cerrada a lo diverso, no genera. Entendemos, no compartimos, que algunos sectores sociales vean la inmigración como una amenaza. Sin embargo, creemos que un conocimiento mayor de las potencialidades del encuentro intercultural podrían ampliar sus horizontes de análisis y hacer que se sumen a quienes apostamos por la integración como camino de posibilidad para una nueva sociedad inclusiva. No descartamos que haya que tomar algunas medidas para gestionar los flujos migratorios, pero criminalizar y estigmatizar el hecho no sentimos que sea el camino. En este artículo queremos ofrecer a nuestros lectores una presentación del texto de la Directiva(2) y algunos comentarios que juzgamos pertinentes para su comprensión y para que, desde nuestros ámbitos de influencia, vayamos generando opinión frente a este tema que nos implica a todas y todos. EL DOCUMENTO (Para bajar el texto pulse el el enlace guardar o imprimir) La DER está compuesta por cinco capítulos y 21 artículos. Existió un sexto capítulo (el 5º) que fue suprimido en la propuesta. Éste hacía referencia a la interceptación en otros Estados miembros. En espera del texto oficial, este es el contenido de la Directiva: Capítulo I. DISPOSICIONES GENERALES Art. 1 Objeto Art. 2 Ámbito de aplicación Art. 3 Definiciones Art. 4 Disposiciones más favorables Art. 5 No devolución, interés superior del niño, vida familiar y estado de salud El objeto de la DER es establecer una serie de normas comunes para el retorno de nacionales de nacionales de terceros países que se encuentren ilegalmente en los estados miembros. Según la DER estas normas serán dictadas en conformidad con los derechos fundamentales, el derecho internacional y los derechos humanos. En las consideraciones que fundamentan el texto insisten en que cualquier procedimiento evitará tratos crueles que puedan vulnerar los derechos humanos de quienes serán repatriados y que, cuando fuere necesarios utilizar medidas coercitivas, éstas serán supeditadas a los principios de eficacia y proporcionalidad. Como fundamento de derecho no se puede esperar menos, sin embargo, la historia reciente nos muestra que no en pocas ocasiones, a la hora de aplicar las medidas contra inmigrantes ilegales, la aplicación de la norma va acompañada de tratamientos vejatorios. El ámbito de aplicación son las personas de terceros países que se encuentran de manera irregular en territorio europeo, no obstante, los Estados podrán no aplicar la DER si a la persona inmigrante se le ha denegado el permiso de entrada a un Estado de acuerdo con el acuerdo de Fronteras Schengen o si está incurso en algún procedimiento de tipo penal. El artículo 4º pretende garantizar que la aplicación de la DER no vaya en detrimento de las condiciones más favorables como los acuerdos bilaterales o multilaterales con los países de las personas inmigradas. En ese mismo orden de ideas, quiere garantizar los derechos de los niños, la vida familiar, la consideración por el estado de salud y el derecho a la no devolución consagrado en la convención de refugio que impide que una persona sea devuelta a su país cuando este movimiento puede causar riesgos para su vida y dignidad(3). Capítulo II. FINALIZACIÓN DE LA ESTANCIA ILEGAL Art. 6 Decisión de retorno Art. 6 bis Salida voluntaria Art. 7 Expulsión Art. 8 Aplazamiento de la expulsión Art. 8 bis Retorno y expulsión de menores no acompañados Art. 9 Prohibición de entrada Art. 10 Artículo suprimido La decisión de retorno es el acto jurídico mediante el cual un Estado miembro obliga a la persona inmigrante irregular a retornar o salir de su territorio. Se contemplan cuatro excepciones que es bueno tener en cuenta: primera, si la persona tiene permiso en otro Estado miembro. Segunda, si otro estado se hace cargo de la persona en virtud de tratados bilaterales. Tercera, cuando se le concede permiso de residencia por razones humanitarias u otras consideraciones y cuarta, cuando se están adelantando procedimientos de renovación del permiso de residencia. En el caso de no aplicarse ninguna de las excepciones se tomará la decisión de retorno con acuerdo a las normas de la DER. La decisión de retorno tiene dos modalidades: Salida voluntaria: en un plazo comprendido entre siete y 30 días. La DER permite a los Estados incluir en su Derecho interno que este plazo sea solicitado por la persona incursa en la decisión de retorno y para ello deberá informar de este procedimiento. Esta norma, de ser incluida en el Derecho interno, creemos que podría generar algún grado de desprotección a los inmigrantes pues los canales de comunicación, más aún cuando hay problemas de traducción, suelen dejar vacíos que casi siempre van en perjuicio de los más débiles. De aplicarse esta norma en el Estado español, sería importante difundir esta normativa en los colectivos para disminuir al máximo la conculcación de sus derechos. El plazo de salida podrá ser aumentado para atender circunstancias particulares […]
La gestión de la interculturalidad es uno de los desafíos más importantes para la nueva sociedad de la inmigración. La convergencia de una abanico tan grande de identidades culturales en un mismo espacio geográfico y político demanda de los actores sociales respuestas audaces de tal manera que la diversidad se entienda como una riqueza y no como un obstáculo que pueda entorpecer el curso normal de la vida de los hombre y las mujeres que conviven en un mismo espacio vital. La Fundación Social Ignacio Ellacuría ha invitado recientemente a Bruno Kaimwa y Diego García para compartir, desde sus propias identidades culturales, lo que ha significado el encuentro con la cultura europea y en concreto con la cultura e identidades del País Vasco. A ellos les hemos planteado estas preguntas para su compartir. ¿Cómo ha sido mi experiencia de encuentro INTERCULTURAL? Esa relación o encuentro, ¿cómo ha afectado mi propia identidad? ¿Mi identidad se ha visto enriquecida o disminuida en este proceso de encuentro? ¿En qué aspectos? Bruno Kaimwa (congoleño). Hace año y medio vino a Europa para realizar un master en la Universidad de Deusto y en la Universidad de Palermo (Italia). Bruno describe así su encuentro con la cultura europea. ¿Cómo ha sido mi experiencia de encuentro INTERCULTURAL? Hay tres ámbitos de la vida que, aunque parezcan triviales, han afectado e interpelado mi vida y me han hecho sentir en un espacio que no es el mío. Estos son la comida, la ropa y las ideas. En primer lugar la comida: la gente con quien yo vivía y me relacionaba no estaba preparada para reconocer lo que yo quería o tenía que comer, les impresionaban ciertos alimentos y llegaban a decirme que no comiera eso o aquello. La forma de cocinar también generó algunos desencuentros pues a mis compañeros les parecía inadecuada la forma como yo lo hacía y me daban indicaciones de cómo lo debía hacer. Un aspecto complejo era la compra. En los mercados encontraba pocas cosas típicas de África aunque en Bilbao la situación, con relación a Italia, es un poco mejor pues en los supermercados cada vez encuentro más comidas tropicales aunque los autóctonos no las conozcan suficientemente. Las personas muestran curiosidad al ver qué voy a comer y cómo lo voy a preparar, pero detrás de eso hay un desconocimiento de la dieta africana, por ejemplo, no ven cómo nos podemos comer unos plátanos con cacahuetes. Pero, nosotros, sabemos manejar la dieta y podemos definir qué comer para estar bien alimentados y con buena salud. No es que tenga problemas con la dieta del País Vasco, simplemente, en algunos momentos, me apetece comer productos típicos de mi país. Estos encuentros y desencuentros me han servido también para comprender como se cocina aquí y no hacer escándalo.Con respecto a la ropa puedo decir que es el aspecto menos duro. En los aeropuertos y en la calle la gente manifiesta su curiosidad por la ropa que llevo, por las camisas de colores alegres y vistosos, incluso se acercan a preguntarme de dónde es la ropa y si se puede comprar en alguna tienda de Bilbao. Confieso que me agradaba que valoraran positivamente nuestra forma de vestir, sin embargo, también hubo gente que me insinuó que tenía que cambiar mi forma de vestir para ser más acorde con la cultura europea. El tercer ámbito, el de las ideas, es un poco más complejo. El punto de vista del Sur es difícilmente reconocido por la comunidad científica del Norte. Por ejemplo, si estoy citando un autor que no se conoce en el espacio europeo, aunque la argumentación sea sólida, hay problemas para su aceptación. Hay un punto de vista que domina – el del Norte – y la reflexión debe ir por este camino que es el conocido. Yo creo que hay que insistir en que no hay un solo punto de vista, hay otras teorías que provienen del Sur, que intentan explicar la realidad que vivimos en el mundo y tienen gran validez, no obstante, es difícil convencer al ámbito cultural y académico de Europa porque los autores del Sur no se conocen y reconocen en el norte. Otro aspecto que me ha llamado la atención es la diferente valoración que se tiene sobre si una persona es educada o no. Se suele decir “es un chico bien educado” o “es un chico mal educado”, sin embargo, si no se conoce la cultura de una persona no se puede decir que es mal educado cuando hace una cosa distinta. Hay costumbres africanas que no se comprenden y aquí se interpretan como un comportamiento inadecuado. Con un ejemplo se puede ilustrar la afirmación anterior: en África, un niño bien educado nunca miraría a los ojos a un adulto cuando éste le habla, tiene que mantener una actitud de escucha atenta pero sin mirar a los ojos. Sin embargo, aquí, se entendería como una actitud de despreocupación por lo que le dice el adulto. Esa relación o encuentro, ¿cómo ha afectado mi propia identidad? El encuentro con la cultura europea ha interpelado mi comportamiento en dos niveles. Me ha permitido hacer un inventario de los valores que tengo y que, de alguna manera, no conocía o percibía con claridad cuando vivía en mi país. También me ha permitido detectar los puntos en los cuales no puedo hacer concesión porque afectaría mis valores y los puntos en cuáles debo trabajar porque son una riqueza, por ejemplo, la relación de género. Me he dado cuenta que vengo de una sociedad machista, tenía las teorías de la equidad de género en la cabeza pero hay diferencia entre éstas y la práctica. ¿Mi identidad se ha visto enriquecida o disminuida en este proceso de encuentro? ¿En qué aspectos? Al confrontar las dos culturas, la vasca y la congoleña, mi identidad se ha enriquecido porque ahora tengo la capacidad de ver y valorar los elementos constitutivos de mi cultura y me permite ver las cosas buenas que hay aquí y que yo […]
COMUNICADO DE LOS JESUITAS DE HAITI Nosotros, Jesuitas, trabajando en Haití en diversos espacios, somos testigos del drama diario que viven millones de nuestras hermanas y hermanos haitianos. Como Yahvé en el desierto, nosotros vemos la miseria de nuestro pueblo y escuchamos sus gritos: “Yo soy Yahvé, tu Dios. Yo vi la miseria y oí tu grito. Yo sé de tus angustias. La vida es lo que yo quiero para ti y no la muerte. ¿Pero quién va a libertarte? En el pasado, Moisés fue mi mensajero enviado para liberarlos y sacarlos de la esclavitud de Egipto. En mi Nombre, él los llevó a una tierra que mana leche y miel (Ex. 3,7-12)”. La miseria de nuestro pueblo: Millones de haitianos y haitianas son víctimas del alza vertiginosa y permanente de los precios de los productos de primera necesidad y no satisfacen las necesidades más esenciales, en particular el alimento. La disminución de la producción nacional en todos los sectores de la economía lleva al hambre y a la desnutrición total. El empobrecimiento vergonzoso e intolerable de nuestras poblaciones urbanas y rurales. El aumento de la inseguridad, especialmente el resurgimiento con fuerza del fenómeno del secuestro y la desesperanza de los jóvenes. Nuestra nación está sumergida en la vergüenza y la desesperanza con su soberanía arrodillada y la mayor parte de la población viviendo en condiciones inhumanas. La miseria de nuestro pueblo es igualmente: La incapacidad total de la mayoría de nuestros gobernantes para enfrentar los problemas fundamentales de la sociedad La ausencia total de una oposición política constructiva que controle y estimule la acción gubernamental en beneficio de la nación La aniquilación total de la función política del Parlamento, que ha procedido de manera deshonesta tal como las “ollas de vino”, la corrupción, etc. La irresponsabilidad de la comunidad internacional, particularmente de los países llamados amigos de Haití, de las instituciones financieras internacionales (el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, etc.), que no han cumplido su promesa a Haití, asistiendo cínicamente al descenso a los infiernos de la sociedad haitiana. El pueblo haitiano es un pueblo valeroso y, siéndolo, esta vez ya no es capaz. Torturado por la miseria, grita. Su grito se convierte en llamada. El grito del pueblo hoy: Miles de jóvenes deambulan por las calles para manifestar que ya no pueden más, exigiendo a los políticos, que asuman su responsabilidad. Millones de desempleados, torturados por el hambre, gritan su rabia por las calles de Puerto-Au-príncipe y por las ciudades de provincia. Padres y madres de familia pasan varios días sin poder comer y gritan su miseria en las manifestaciones de la calle… Niños demacrados de las villas miseria y del campo gritan todos los días porque no encuentran nada que comer y no tienen futuro. Llama, grita, nunca baja los brazos. ¡Oh tu, pueblo valeroso! Te toca ayudarme para ayudarte. Contigo yo puedo hacer mucho. Sin ti no lo lograré. Tu necesitas de mi, yo lo se. Yo soy tu Aliado irreemplazable, sin embargo, yo también tengo necesidad de ti, de tus gritos, de tu unidad, de tu experiencia de pueblo sufriente, de tu valor. Vamos a trabajar juntos. La victoria estará de nuestro lado, ya que luchamos por una causa justa. Tú conoces mi nombre: YO SOY EL DIOS DE LA VIDA Y NO DE LA MUERTE. Tú conoces mi Proyecto. Jesús de Nazaret lo expresó bien en el Cuarto Evangelio: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundantemente” (Jn. 10,10) Hemos sido interpelados fuertemente por esta situación intolerable e indignante que amenaza a nuestro país de caer nuevamente en un drama; nos sentimos profundamente unidos a este pueblo que sufre y sinceramente nos solidarizamos con las víctimas. Es por ello que, en nombre de nuestra fe cristiana y de nuestro compromiso como religiosos jesuitas, exhortamos con fuerza: A los responsables políticos: Al Presidente de la República a tomar rápidamente las decisiones políticas que se imponen para restablecer la confianza y la paz, a comprometerse a una reforma a fondo de las instituciones públicas, poniendo definitivamente el país en el camino del desarrollo. A las personalidades del Estado (Primer Ministro, Ministros, Secretarios de Estado y Directores generales, Senadores, Diputados, etc.) a corto plazo a elaborar y a llevar a cabo, en el tiempo más breve, un programa de emergencia (real y eficaz) para aliviar los sufrimientos de la población, y a largo plazo, utilizar los recursos intelectuales y la sabiduría, tanto de nacionales como de extranjeros, con el fin de poner por obra un verdadero plan de desarrollo nacional. A los partidos y las organizaciones políticas que asuman su responsabilidad de crítica y control de la acción gubernamental, ayudando en la búsqueda de soluciones adaptadas al drama que vive nuestra sociedad, participando eficazmente en la reforma del Estado para sacar a nuestro país de la vergüenza y el estancamiento. A los comerciantes, industriales, importadores, banqueros y otras fuerzas vivas de la nación a aportar su contribución para disminuir el sufrimiento de nuestros ciudadanos y conciudadanas, con el fin de tomar consciencia de la necesidad de actuar conjuntamente para ayudar a Haití a levantarse. A todos los componentes de la sociedad civil: religiosos-as, educadores, los estudiantes, responsables y miembros de asociaciones, sindicalistas y obreros, artesanos, pequeños comerciantes, agricultores etc. a ponernos de pie para buscar juntos las soluciones a los problemas de nuestro pueblo. A la comunidad internacional, especialmente a los países llamados amigos de Haití, a las instituciones financieras internacionales etc. a respetar sus compromisos con Haití, teniendo en cuenta sus numerosas promesas de cooperación para ayudar efectivamente al país a salir del fango. ¡Oh pueblo haitiano! Continúa a llamar, a gritar y a convocar a aquéllos que has escogido para servirte. Tu fuerza será la no violencia organizada y sostenida. La violencia nunca es eficaz. Tu me llamas. Sí, yo estaré contigo y en ti por el poder de mi Espíritu. P. Pérard Monestime, sj, P. Dérino de Sainfariste sj P. Kawas François, sj, […]
ANALISIS DE ACTUALIDAD – ABRIL NUEVAS IMÁGENES DE MISIÓN El V Centenario del Nacimiento de San Francisco Javier generó un sinnúmero de actividades religiosas, culturales, académicas y sociales con un impacto importante para la sociedad y en la Iglesia. Desde nuestra plataforma queremos hacer eco de las Jornadas Regreso y Encuentro: misión y compromiso por la vida digna y la justicia, organizadas por la Provincia de Loyola, Alboan y la Universidad de Deusto, aprovechando el reciente lanzamiento del libro que recoge las reflexiones de dichas jornadas por parte de Ediciones Mensajero. En las jornadas, llevadas a cabo en Javier (Navarra), se reunió un grupo de personas provenientes de Asia, África, América y Europa para reflexionar, desde la experiencia, sobre el aporte que desde la misión se hace a la construcción de la vida digna y la justicia. Se expusieron más de 10 experiencias de trabajo con sindicatos, indígenas, sectores marginales de población urbana y de diálogo interreligioso, entre otras. Para la Fundación Ignacio Ellacuría resulta sugerente la ponencia de Michael Amaladoss, jesuita indio que trabaja en el Instituto para el diálogo con las culturas y las religiones en Chenai por lo que puede ayudar a pensar y, sobre todo, a integrar en el imaginario colectivo la variable del encuentro interreligioso como un elemento sustantivo de la sociedad inclusiva que soñamos. El texto que os proponemos aparece en la publicación “Nuevos horizontes para la Misión” de Ediciones Mensajero, páginas 19 – 31. San Francisco Javier, el primer misionero jesuita, nos dio un ejemplo de adaptación al decidir vestirse como un noble europeo cuando quiso dialogar con los monjes budistas de Japón. Los consideró como hombres cultivados comparados con los pobres pescadores de las costas de la India meridional. Este espíritu de adaptación echó raíz en Asia a través de Mateo Ricci y Roberto de Nobili. Este mes celebramos el 400 aniversario de la llegada de De Nobili a Madurai. El espíritu de adaptación no se ha extinguido y el encuentro entre el Cristianismo y otras culturas y religiones ha pasado por muchos cambios paradigmáticos en el siglo pasado, especialmente a raíz del Concilio Vaticano II. Las diversas experiencias de misión en Asia y en el mundo lo atestiguan. El jubileo nos brinda la ocasión no sólo de echar una mirada a la historia y al presente, sino también de soñar y planificar el futuro. Y sólo es posible hacerlo si tomamos conciencia de los diversos movimientos en el campo de la misión. Necesitamos también contextualizar nuestros sueños, aunque tengan un carácter dinámico. En primer lugar, pues, voy a tratar los diversos cambios paradigmáticos que se han dado en la práctica y en la reflexión de la misión. El tiempo limitado a mi disposición no me permite presentar, en todos los casos, el telón de fondo teológico completo. Luego reflexionaré sobre las tres interrogantes cruciales que han planteado los organizadores de este encuentro. Empiezo, pues, con los cambios paradigmáticos. Son cinco. De la Iglesia al Reino de Dios En el pasado, la finalidad de la misión solía definirse como la ‘implantación de la Iglesia’ – plantatio ecclesiae. La implantación a menudo consistía en el ‘trasplante’ de una iglesia europea con sus estructuras, doctrinas y rituales. Aun cuando los misioneros hubiesen podido adaptarse ellos mismos a la cultura y al contexto locales, no adaptaron a la Iglesia. En algunos casos hubo traducciones, pero nada más. Hoy, sin embargo, hemos tomado conciencia de que la misión tiene una finalidad doble: la edificación del Reino de Dios, y la edificación de la Iglesia como símbolo y servidor del Reino. La misión es fundamentalmente la misión de Dios. Es Dios quien envía a su Espíritu para compartir la vida de Dios con la humanidad y el mundo para hacer la unidad del universo (Ef. 1,10) y así “Dios lo será todo para todos” (1 Cor. 15:28). La Palabra y el Espíritu están presentes y activos en los pueblos, en sus culturas y religiones. El Verbo se encarnó en Jesús para llevar a plenitud este proyecto de reconciliación y comunión universales. El Reino es una realidad histórica, y al mismo tiempo dinámica. Al hablar de ello George Soares-Prabhu dice: Cuando la revelación del amor de Dios (el Reino) encuentra su adecuada respuesta en la aceptación confiada de ese amor de parte del hombre (arrepentimiento) empieza todo un extraordinario movimiento de liberación del ser humano y de la sociedad que se extiende por toda la historia humana. El movimiento genera libertad en la medida en que libera a cada individuo de las carencias y obsesiones que le atan. Fomenta la fraternidad universal porque los individuos libres se sienten capaces de interesarse por los demás en un verdadero espíritu comunitario. Y conduce a la justicia, porque insta a cada verdadera comunidad a adoptar estructuras justas en la sociedad que son las únicas en posibilitar libertad y sentido de solidaridad… Nos insta a una lucha incesante en contra de estructuras demoníacas que expresan una falta de libertad (psicológica y sociológica) erigidas por el dinero; y a una creatividad incesante que en cada era producirá nuevos proyectos más en sintonía con la visión humana del Evangelio. En los horizontes de la historia humana, como don que se nos ofrece y como desafío que nos cuestiona, está la visión de Jesús, visión de una sociedad nueva como una tarea inacabada, que nos llama a una permanente revolución (1). El Reino es operativo en toda la humanidad, en sus diversas culturas y religiones. La Iglesia es consciente de ser enviada por Jesús a ser símbolo y servidora del Reino. Está llamada a colaborar con otras religiones para seguir edificando el Reino. Las perspectivas del Reino siguen siendo los criterios para discernir dónde está el Espíritu de Dios activo en cualquier contexto determinado. Si hay personas que se sienten llamadas por Dios a ser discípulos de Jesús, los invitamos a unirse a la comunidad de la Iglesia en misión. Como dijo una Consulta teológica asiática: El Reino de Dios está, pues, universalmente presente y […]
ANÁLISIS DE ACTUALIDAD – MARZO 08 La noche del pasado 21 de febrero inició en todo el territorio del Estado la Campaña para las Elecciones Generales del 2008. Ciertamente, este proceso se da en medio de un clima político intenso que puede generar desorientación en la ciudadanía. Sin embargo, el objetivo de este tiempo de Campaña Electoral no debería ser otro que el del conocimiento y la la reflexión de los programas electorales, así como de su contraste con la situación social existente. Está en juego la construcción de una sociedad cada vez más inclusiva desde el reconocimiento de las diferencias, más comprometida con los colectivos más desfavorecidos, más capaz de convivencia, de paz y de reconciliación. Asuntos como el actual modelo autonómico, las relaciones entre la Iglesia, el Estado, y las minorías religiosas, las políticas educativas, la inversión en políticas sociales que sigue ocho puntos por debajo de la media europea, la experimentación biomédica, el reconocimiento de las parejas del mismo sexo y, obviamente, la situación económica, entre otros, forman un abanico que para los y las electores no resulta fácil de abordar. Pero hay un tema que está siendo instrumentalizado por la mayoría de los partidos: la inmigración. Las propuestas son de índole diversa y consideramos que conviene, para poder decantarnos por alguna de ellas, conocer más a fondo el fenómeno. Desde nuestra plataforma creemos que la nueva sociedad de la inmigración, con todo lo que ella demanda de diálogo intercultural e interreligioso y, sobre todo, de búsqueda de caminos para hacer viable una sociedad inclusiva, es una riqueza y una oportunidad en el contexto de un mundo cada vez más globalizado y de fronteras cada vez más difusas. El Servicio Jesuita a Migrantes, una iniciativa de la Compañía de Jesús para acompañar los procesos migratorios de personas, colectivos, y asociaciones de personas inmigradas, ha elaborado un interesante documento que ayuda a “desmitificar” el fenómeno de la inmigración que consideramos que es un interesante punto de vista para desentrañar el fondo de las diferentes propuestas que se presentan al electorado. El documento que ponemos en sus manos tiene un título muy provocativo: Inmigrantes, invasores o ciudadanos. Se trata de pasar de los tópicos o lugares comunes que surgen en los medios o en las conversaciones informales a un análisis profundo -sencillo en el lenguaje pero elaborado con rigor científico- que permita tomar en serio el fenómeno de la inmigración y elegir con responsabilidad política el mejor programa para gestionarlo. El documento presenta 14 tópicos sobre la inmigración a partir de la recurrente frase de “se dice…”. Cada tópico es acompañado de un análisis lo más realista posible y de propuestas verificables y posibles siempre y cuando la voluntad política acompañe. El punto de partida será el prejuicio generalizado de entender que hay una sociedad de acogida y una población inmigrante perfectamente distintas y diferenciadas. Esa distinción, dicen los autores, tiene cada día menos sentido, en beneficio de una noción de ciudadanía común. Otros documentos de interés Ofrecemos algunos documentos de reciente aparición que, creemos, pueden ser útiles a nuestros lectores a la hora de discernir su participación en la jornada electoral que se avecina en el Estado español. La Fundación Social Ignacio Ellacuría valora y respeta todas las opiniones contenidas en dichos textos sin que esto signifique que las suscriba. PASTORAL OBRERA DE LA DIÓCESIS DE BILBAO Materiales para las elecciones Versión en Castellano Versión en Euskera CRISTIANISME I JUSTICIA ¿Qué debería orientar nuestro voto?