La solidaridad ciudadana e institucional
Manu Arrue sj-
Nuestro colaborador Manu Arrue, nos comparte unos apuntes, de impresiones y reflexiones sobre la situación de un grupo de personas que están en situación de calle en la zona de Rekalde.
La solidaridad primera comienza por el que ve y se conmueven sus entrañas cuando ve a un grupo dormir a la intemperie. Porque ojos que no ven, corazón que no siente.
Pero además de ver es bueno hacer. Acercarse a quienes están en colchones a la intemperie, despiertos esperando para pasar una noche más. La cosa comenzó con Rolan un joven Camerunés que le tocó dormir así, debajo del Puente, aquí y en tantos lugares antes de llegar aquí. La solidaridad comenzó esta vez, por aquel que ha vivido esas situaciones y no quiere que otros pasen lo mismo.
La solidaridad inicial suscita otras solidaridades. Y es que, cuando alguien ha establecido relación con menesterosos, otros nos unimos a él y nos presenta a ellos, nos abre las puertas de la relación con quienes parecen lejanos, desconfiados, peligrosos… y la relación, les hace cercanos, con un nombre, amables, agradecidos, con una historia y con proyectos
La relación, y la cercanía llevan a visitarles por las noches, un café con leche caliente, un caldo… y sobre todo la relación. Nos ponemos nombre, contamos cómo ha ido el día, si hay alguna novedad en el grupo … Pero podemos tener el problema del asistencialismo porque, siguen durmiendo sin un techo que les cobije. Acompañamos sin dar salida a su situación.
Es verdad, tiene que intervenir alguien que pueda dar salida a esta situación: la administración y los grupos preparados especialmente para estas eventualidades: ONGs…
Comienzan a ir al SMUS, servicio municipal de urgencia social. Y se encuentran con posibilidades: algunos logran entrar en los albergues. Pero los que llevan menos de tres meses en Bilbao, sólo tienen derecho a tres días de albergue. Y al cumplirse esos días, vuelta a la calle. Los enfermos consiguen albergue gracias a ONGs: médicos del mundo, cruz roja… dedicados a esta labor o incluso el SMUS les ofrece un espacio .
Pero la situación se ha empeorado. Hay una situación excepcional, el año pasado, 90 personas dormían en la calle. Este año 280. Los servicios sociales se encuentran desbordados. Pero espacios de acogida hay. Los grupos políticos se empiezan a preocupar. Hay espacios, se habilitan… por lo menos en momentos de frio extremo. Esta solidaridad tiene la posibilidad de dar cobijo a muchos inmigrantes. Y es bueno que lo haga.
Pero el problema de esta solidaridad es que son “los sin techo”, todavía son números, 280, no tienen nombre: Mohamed, Royito, Ibrahim, Hasan o Roberto… no se sabe nada de sus vidas, ni de sus deseos, ni de las mochilas con las que llegan,…
Es importante que las solidaridades sean complementarias. Por ej en el caso de Rekalde comienzan las solidaridades espontáneas: se unen otros más, una docena para hacerse presentes a las noches. Formamos un grupo que le llamamos Tanta (gota, gota solidaria). No vamos a ir todos donde los que duermen en el frontón porque apabullamos. Nos organizamos. Nos distribuimos por días. Pero la leche se acaba… y lo demás también: hay que hacer un escote para leche, termos, galletas…
Cuando la gente del barrio, de la parroquia, ve que alguien ha comenzado a acercarse, empiezan a hacerlo también otros: una señora trae un termo. No nos cobra cuando compramos leche, las religiosas nos hablan del banco de alimentos, hay quien acerca colchones, mesas o sillas…
Pero como la vida misma, empieza a haber dificultades: cosas que desaparecen: durante el día están las cosas sin nadie, mochilas, mantas,… hay días buenos y otros (todo el día sin poder hacer nada y pasando frio) malos y a lo mejor se dice una palabra más alta que otra, por la noche no hay urinarios abiertos… y acompañamos a ver cómo se organizan en estos asuntos: Una noche escuchamos las decisiones que toman:
1)peleas. Hay dos personas mayores las van a controlar con el apoyo de todos los demás.
2) limpiezas. Problema. Durante las noche los WC públicos de Rekalde cerrados. Compramos con ellos cubos de agua y lejía y cubo que hace de urinario.
Hay escobas, recogedor y bolsas de basura. Limpian a diario el frontón
3) Robos. Nadie del grupo mete la mano en el colchón-mochila de otro. En general hay alguno vigilando.
4)Nuevos que llegan: los del lugar les ponen tres normas claras con el alcohol-droga, respeto a lo ajeno y las limpiezas
Y seguimos con la solidaridad más institucional:
-Siguen yendo al SUMS para conseguir albergue, se habla con las trabajadoras sociales
-se habla con los educadores de calle
-se acompaña a médicos y a servicios sociales
-se habla con la Administración, ayuntamiento. Pronto para tratar el asunto en el Pleno…
Y entran las solidaridades más intermedias: OGNs…
-Hay quien tiene todavía alguna plaza en sus recursos de noche: Izangai, Amiarte, Lagun artean…
-Hay quien abre un Gauean, un albergue de pocas plazas con voluntarios. Pero es un albergue donde eres alguien… por ej Ellacuaría, que además plantea acogida en familias.
-Ongi Etorri Errefuxiatuak consigue un piso con suscripción popular para acoger a unos pocos… y haciendo acopio de mantas, colchones… y lo mismo la Cáritas local y la pastoral de migraciones
-Varios comienzan a ofrecer clases de castellano…
-comerciantes del barrio: panadero, frutero… comienzan a ofrecer algunos productos
-la parroquia (por medio de los grupos eskauts se implica en Tanta), se habla con la mezquita . Algún grupo de evangélicos muestran deseos de colaborar y pasa por varios lugares.
-Hay también quien plantea asesoría legal…
Con todo esto, se trata de organizar la solidaridad para que estemos al servicio de quien necesita y no funcionemos según nuestras ganas de ayudar o nuestros intereses
¿y la solidaridad institucional?. Cuando llegó el tiempo de acogida de los Refugiados, la Unión europea distribuyó sus cuotas. Al estado le correspondían 17.000 (han llegado ni la décima parte) a Euskadi no llegaban a 500. Aquí estaba todo preparado para acoger. Los presupuestos, las organizaciones de acogida…
En este momento de migrantes económicos (y de otros aunque no con título de refugiados) sabiendo que Cádiz y Bilbao son los más sobrecargados de jóvenes, ¿no se trataría de que los ayuntamiento o diputaciones o autonomías acordasen la distribución de los que llegan, con su proporciones correspondientes como se hizo con los refugiados, de tal manera que los que lleguen puedan ser atendidos o acompañados?.
Si no tienen un sitio donde dormir, sí donde comer. Si no saben qué hacer todo el día. Si no hacen más que pasar frio. Si no descubren nada para hacer en todo el día (porque tampoco conocen la lengua)…. Ahora bien, cuando se enteran que hay personas que voluntariamente le pueden enseñar el castellano, se apuntan y desbordan los espacios… o sea que quieren. Pero aun así les queda mucho del día sin nada. Y claro para aguantar esas condiciones, de frio y hastío, no es raro que beban o que fumen…. Y afortunadamente no están originando problemas. O los enfados son entre ellos que viven en pequeños guetos. No originan los problemas que se podrían originar.
¿Es que las administraciones se van a conformar con decir que si acogemos fomentamos el efecto llamada?. Es que no van a hacer una convocatoria con otros ayuntamientos, diputaciones o autonomías para ver qué hacer, cómo distribuirnos…. Esta sería una buena práctica… o algo de sentido común o de humanidad. Que para otras cosas ya montamos reuniones. Simplemente una prevención sencilla… seguro que hay más. Pero esta es una y no complicada
Y para ver qué sucede con “el trabajo, la legalidad, las ayudas públicas, los delitos violentos, ….” en relación con la presencia de los emigrantes cfr artículo de Gabriel Mª de Otalora. Deia 2018-01-31 p4-5, y los datos hablan…
Y después qué?
Vamos a pasar el invierno… muchos están camino de otros países, porque tienen como lengua el francés o el inglés. Lo que sí es importante es que mientras estén con nosotros, hayan encontrado unas instituciones con espacios para todos, unas ONGs que acogen las situaciones complicadas y una personas que a título personal nos hayamos encontrado con nuestros semejantes, que podríamos ser nosotros, que en otro tiempo fuimos emigrantes. Y entendemos que nosotros podríamos muy bien estar en su lugar y ellos en el nuestro. Y qué nos gustaría que ellos hicieran con nosotros? Pues nosotros lo mismo.
Ellos con frecuencia nos dan las gracias. Nosotros ciertamente les podríamos dar las gracias, porque nos ayudan a salir de nosotros mismos, gracias a ellos, sale algo bueno de nosotros: la empatía, la superación del frio, y de la pereza, el poner a pensar nuestra mente para ver cómo mejor acompañar, el descubrir que somos unos privilegiados que podemos dormir en cama, el descubrir que hay cosas elementales por las cuales sí vale la pena luchar: un reconocimiento como persona, un trabajo elemental, una comida caliente, una casa,… gracias por hacernos más humanos.
Y para terminar dos temas que nos situan en este mundo que es el barco único donde vamos juntos, el planeta que nos sostiene a todos
-la desigualdad, por empobrecimiento, guerras y desastres naturales es tan grande que mientras no se vaya creando una cierta igualdad en los países de origen, arriesgan sus vidas para iniciar algo nuevo y poder apoyar a los suyos. Es lo mismo que haríamos nosotros, si estuviésemos en su lugar, y lo que hicieron nuestros antepasados cuando emigraron. O nosotros mismos y nuestros hijos ahora. Por tanto toca ir trabajar en origen: inversiones solidarias
-las leyes locales: una vez de que consiguen superar tantas dificultades, llegan a Europa y aquí, en nuestra tierra, tienen que pasar tres años entre el cielo y la tierra, sin poder trabajar y sin posibilidad de ayudas, hasta completar tres años de empadronamiento ( en otros sitios peor). Entonces sí llega la RGI. Pero lo que quiere la gran mayoría es trabajar y no una ayuda. Y los trabajos en este momento, y más para los inmigrantes, sin idioma, sin papeles… son precario-temporales. Y los que tienen títulos, la dificultad de convalidar… ¿trabajar en lo que hicieron? Una minoría minoritaria
Y con estas dificultades seguimos acompañando, encontrándonos, recibiendo las gracias de su parte, agradeciendo que nos ayuden a sacar de nosotros la cercanía, la superación, la creatividad… Quién sabe si con ellos y entre todos vamos haciendo un camino de una ciudadanía plural y una fraternidad de todos los colores
Os dejamos el enlace a la noticia de El Correo del 25.01.18