Éxito en la jornada organizada por la Fundación Ellacuría que reunió a más de 100 personas reflexionando sobre el papel transformador de la educación y de las escuelas en el acompañamiento y acogida de la infancia refugiada y migrante. El pasado jueves 14 de noviembre, la Fundación Ellacuría celebró la jornada “Un lugar para ser”, un evento que puso la infancia refugiada en el centro y convirtió la Sala Ellacuría de la Universidad de Deusto en un espacio de reflexión y sensibilización sobre el impacto de las migraciones forzosas en la infancia y la capacidad de la educación para transformar vidas. En su apertura institucional, Xabier Legarreta, viceconsejero de Juventud y Reto Demográfico del Gobierno Vasco, recalcó la importancia de construir sociedades que no solo protejan, sino que reconozcan y acojan. “Cada niño y niña merece que levantemos un muro de contención ante la barbarie de la guerra y el sufrimiento”, expresó. Por su parte, Iñigo Zubizarreta, concejal de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del Ayuntamiento de Bilbao, destacó que las escuelas son “espacios donde nace el respeto, la diversidad encuentra un hogar y se construye la sociedad del mañana”. “LA EDUCACIÓN SALVA VIDAS” La primera mesa redonda, titulada «Realidades de la infancia en la guerra», profundizó en las complejas situaciones que enfrentan los niños y niñas en contextos de conflicto. Arantxa Osés, de Save the Children, compartió cifras estremecedoras: 59 conflictos activos en el mundo, la mayor cifra desde la Segunda Guerra Mundial, y 473 millones de niños viviendo en zonas de conflicto: “Esto no solo destruye vidas, sino que mutila sueños”, afirmó. Osés también subrayó la importancia de la educación en estos contextos, describiéndola como “una herramienta que salva vidas al ofrecer espacios seguros donde los niños no solo sobreviven, sino que vuelven a ser niños”. Jesús Sevilla, miembro de Entreculturas y del JRS Oriente Medio, relató las experiencias de los más de 2 millones de refugiados sirios en este pequeño país: “En Líbano, muchas familias viven en tiendas de plástico, expuestas al frío del invierno y al calor abrasador del verano. Los niños llegan con una ‘mochila invisible’ cargada de traumas, pérdidas y una incertidumbre que los paraliza”. Sevilla destacó los esfuerzos para crear espacios de acogida seguros donde los niños puedan aprender, jugar y reconstruir su confianza. Por su parte, Hibai Arbide, activista especializado en la crisis migratoria en Lesbos, ofreció un desgarrador testimonio sobre las políticas europeas: “En los campos de refugiados de las islas griegas, la escolarización no está permitida. Estos lugares, que deberían ser refugios, se han convertido en espacios de tortura emocional y física, especialmente para las niñas. Son entornos donde la frustración y el abandono siembran violencia”. Arbide llamó a cuestionar la pasividad de la comunidad internacional frente a estas violaciones de derechos humanos. LA PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD, ESENCIAL La segunda mesa redonda, titulada «La escuela como eje fundamental en la acogida de la infancia migrante y refugiada», puso el foco en el papel de la educación como herramienta para la integración y el desarrollo personal. Amelia Barquín, filóloga y docente en la Universidad de Mondragón, habló sobre los retos de las escuelas vascas: “La segregación escolar lleva demasiado tiempo normalizada. Debemos desnaturalizarla y construir centros educativos donde el alumnado se sienta reconocido y tenga acceso real al éxito escolar”. Barquín también subrayó la necesidad de fomentar y reconocer “identidades múltiples” en los niños migrantes, permitiéndoles sentirse pertenecientes tanto a su cultura de origen como a la de acogida. Además, destacó la importancia del ocio diferencial, señalando que el tiempo fuera de la escuela también tiene un impacto crucial en el desarrollo de los niños, y que cuando no se aprovecha adecuadamente, “el abismo social entre un alumnado y otro se agranda”, limitando sus oportunidades de aprendizaje y socialización. Rocío García Carrión, investigadora Ikerbasque en la Universidad de Deusto, enfatizó la necesidad de un enfoque basado en evidencias científicas y presentó el modelo de Comunidades de Aprendizaje como una propuesta eficaz para superar desigualdades. “La ciencia nos dice que los niños aprenden a través de las interacciones sociales, y esas interacciones, si están bien orquestadas, pueden transformar vidas”, explicó. En este sentido, puso el foco en la participación activa de las familias en las interacciones que mejoren las trayectorias educativas y en la misma gestión de los centros: “La participación de la comunidad es esencial, no de forma folclórica o turística, sino como parte integral del proceso educativo”, señaló. Y destacó el papel fundamental de los referentes adultos para los niños y niñas: “Si no los tenemos en cuenta, no vamos a conseguir el desarrollo que el alumnado necesita. Es necesaria la participación interactiva, receptiva, y recíproca. No podemos perder ni un momento de interacciones de calidad”. Actuaciones educativas de éxito como las tertulias dialógicas o los grupos interactivos generan estas condiciones óptimas para que “ninguna niña se quede atrás, que no sean vidas perdidas ni vidas en tránsito” y concluyó, resaltando que “estos niños necesitan soñar; debemos poner un horizonte inclusivo transformador”, concluyó. Finalmente, Marisabel Albizu, directora de la Fundación Ellacuría, cerró la mesa subrayando el valor de la acogida comunitaria. “La escuela puede ser un lugar donde los niños sean, sin adjetivos, un espacio donde reparar lo roto y reconstruir desde el reconocimiento y la confianza”, afirmó. Albizu llamó a la ciudadanía y a las instituciones a asumir un compromiso colectivo para garantizar que las escuelas sean espacios de convivencia real y no de exclusión. En este sentido, destacó que las escuelas son lugares estratégicos para fomentar la acogida y la convivencia, donde “se crean amistades, aprendemos a mezclarnos, nos encontramos con personas diversas”, lo que permite desarrollar capacidades para la convivencia. Además, resaltó la importancia de generar espacios seguros en los que cada niño sea reconocido por su historia y sus necesidades, y no por su situación administrativa. La acogida comunitaria, según Albizu, no solo es una práctica necesaria, sino también un bien común, ya que “nos hace bien a todas las personas”, fortaleciendo así el tejido […]
La Fundación Ellacuría organizamos la Jornada “Un Lugar para Ser” para abordar la realidad de la infancia en las guerras y el rol de la comunidad educativa como espacio de refugio y acogida El próximo 14 de noviembre celebraremos la jornada “Un Lugar para Ser” en la Universidad de Deusto, un encuentro dedicado a visibilizar la situación de la infancia refugiada y a analizar el papel de la comunidad educativa en su acogida e integración. El evento, que tendrá lugar en la Sala Ellacuría del CRAI del Campus Bilbao, cuenta con la colaboración de la Universidad de Deusto, además de diversas entidades sociales de la Compañía de Jesús, y forma parte de un ciclo anual de jornadas sobre refugio y Derechos Humanos. La edición de este año, centrada en las experiencias y necesidades de los niños y niñas refugiadas en sus trayectorias migratorias (tanto en origen, como en tránsito y destino), pretende generar un espacio de análisis y reflexión sobre el rol que desempeñan los centros escolares y las comunidades educativas para apoyar a estas familias en sus procesos de vida aquí en Euskadi. La jornada contará con intervenciones de representantes de organizaciones implicadas en la defensa de los derechos de la infancia refugiada así como del ámbito académico y agentes comunitarios. La apertura institucional correrá a cargo de Xabier Legarreta, director de Migración y Asilo del Gobierno Vasco, y de Iñigo Zubizarreta, Concejal de Derechos Humanos, Convivencia, Cooperación e Interculturalidad del Ayuntamiento de Bilbao, quienes darán inicio a un programa de mesas redondas que abordarán tanto la situación actual de la infancia en Oriente Medio como los desafíos de inclusión en los centros educativos vascos. Entre los ponentes se incluyen Arantxa Osés, responsable de incidencia política de programas internacionales en Save the Children – España; Jesús Sevilla, responsable de Entreculturas en zona Oriente Medio; e Hibai Arbide, abogado, periodista y activista por los DDHH especializado en la crisis de población refugiada. La jornada también acogerá otra mesa redonda centrada en el papel de las escuelas como espacios comunitarios y de acogida, en la que participarán Rocío García Carrión, investigadora Ikerbasque en la Universidad de Deusto, Amelia Barquín, profesora de la Universidad de Mondragón, y Marisabel Arbizu, directora de la Fundación Ellacuría. Con esta jornada, buscamos visibilizar la realidad de la infancia refugiada y fomentar la reflexión sobre el compromiso de la comunidad educativa y la sociedad en general en la construcción de un entorno inclusivo, seguro y no violento para todas las personas. 📅 14 de noviembre de 2024, de 9.30 a 14h 📌 Sala Ellacuría del CRAI de la Universidad de Deusto – Campus Bilbao.
El pasado lunes 28 de octubre, Fundación Ellacuría, Loiolaetxea y ALBOAN (como obras sociales de la Plataforma Loiola de la Compañía de Jesús) y Caritas Bizkaia, junto a familias y grupos locales vinculados al Programa Auzolana II (Patrocinio Comunitario en Euskadi), se reunieron en Gasteiz con Sophie Muller y María de Zabala, representantes de ACNUR-España. Este encuentro permitió conocer de cerca las historias de las familias refugiadas que, con el apoyo de la ciudadanía vasca, están construyendo una nueva vida en Euskadi. El programa de patrocinio comunitario, impulsado en colaboración con el Gobierno Vasco, el Gobierno de España, ACNUR y organizaciones como Caritas y la Compañía de Jesús, permite que familias refugiadas que han huido de conflictos y persecuciones reciban apoyo en su proceso de integración en Euskadi. Gracias a este esfuerzo, familias reasentadas, en su mayoría de origen sirio, han encontrado un entorno de apoyo y solidaridad que facilita su incorporación y desarrollo en nuestra tierra. Durante la visita, Sophie Muller y María de Zabala pudieron dialogar tanto con las familias refugiadas como con voluntariado, destacando el papel fundamental que la ciudadanía y las redes locales juegan en el bienestar y el futuro de quienes llegan a Euskadi en busca de seguridad y estabilidad. Las representantes de ACNUR expresaron su satisfacción por los avances logrados y el compromiso de Euskadi con este modelo de acogida comunitaria. Este encuentro reafirma nuestro compromiso con una sociedad inclusiva y solidaria, donde más allá del derecho a la protección, las personas refugiadas sientan que alguien las está esperando. Fotos: Caritas Bizkaia
Conoce la experiencia de Carlos, ex-alumno y padre de tres alumnos de Jesuitak Indautxu, siendo familia acogedora de dos personas refugiadas, iniciativa liderada por la Fundación Ellacuría. Todo empezó en febrero de 2022, teníamos todavía los últimos coletazos del COVID encima y estando en casa delante de la tele vemos mi mujer y yo que Rusia lanza una invasión a gran escala de Ucrania. Las imágenes eran aterradoras. A mí se me queda una idea dando vueltas en la cabeza: mi abuelo fue un refugiado de la guerra civil y me gustaría poder ayudar a la gente que tiene que salir de su país a causa de una guerra. Tras unos días le comenté a mi mujer esa idea y ella me contestó que también le estaba dando vueltas. En ese momento nuestros hijos tenían once y nueve años por lo que no eran tan dependientes como antes y nos animamos a dar el paso. Tras ponernos en contacto con el Gobierno Vasco y otras entidades, a finales de marzo llegaron a nuestra casa Hanna y Sasha. Nunca se me olvidará el día que nos conocimos. Todo lo que pudieron traer lo trajeron en una mochila como la que lleváis al cole. Toda su nueva vida en una mochila. Como la del cole. Han estado viviendo con nosotros durante un año entero y la verdad es que ha sido muy gratificante. Para nuestra familia y creo que también para ellos. Los primeros días fueron un ajetreo burocrático: permiso de residencia, empadronamiento, tarjeta de Osakidetza… Para ellos era muy importante, pero lo que tenían claro es que aunque refugiados en un país que no tiene mucho que ver con el suyo, aunque Hanna dice que nuestro clima de Bilbao es como el de la Crimea donde nació, una de las cosas importantes es que tenían que trabajar y para ello empezaron a ir a los cursos de castellano que se imparten en la Fundación Ellacuría. Los primeros días y a pesar de la dificultad con el idioma fueron vitales para establecer un vínculo. Esta experiencia, aunque triste por la causa, nos ha aportado mucho en cuanto a que eres capaz de conocer nuevas realidades a las que no estás acostumbrado en Bilbao y en el entorno en el que nos movemos. Por otra parte, el poder aportar un granito, aunque sea minúsculo, para poder ayudar a alguien que lo está pasando mal es muy gratificante. Si todos pusiésemos un granito de arena se crearía un muro frente a la injusticia. Es cierto que hay momentos difíciles en los que ves que no están pasando buenos momentos, porque siguen teniendo a familia y amigos en su país. En esos momentos en ocasiones no ves la forma adecuada de ayudarles. Cualquier palabra en ese momento se queda corta pero al final con estar y ofrecer un hombro en el que apoyarte ya basta. Con esfuerzo han conseguido trabajo y ya desde marzo del año pasado viven de alquiler y haciendo su vida independiente. Aunque ya no vivimos juntos seguimos teniendo contacto. Todas las semanas seguimos quedando para cenar, vienen de vacaciones algunos días con nosotros a Lekeitio y cuando podemos quedamos también por la tarde para tomar algo con ellos. Poco a poco ves como van estableciendo nuevas relaciones tanto con personas de su país como con gente de Bilbao. Van haciendo sus proyectos de vida y los ves crecer como los hijos mayores que podrían ser. En resumen, nuestra experiencia ha sido tan gratificante que no me cuesta nada recomendar el acogimiento. También es verdad que hay que ver en qué situación vital te encuentras y la disponibilidad a corto, medio y largo plazo. En nuestro caso recuerdo que al principio estábamos muy perdidos y desconocíamos los recursos de los que poder tirar para poder ayudar mejor a nuestra nueva familia. Desde la Fundación Ellacuria nos proponían diversos talleres y charlas en los que podíamos conocer convocatorias de ayudas disponibles para los refugiados, así como recursos y herramientas de ayuda para familias acogedoras. Estas reuniones servían además para compartir experiencias tanto positivas como negativas para poder apoyarnos y reforzarnos los unos a los otros. Hanna y Sasha han tenido una relación bastante intensa con la Fundación Ellacuría, primero con sus cursos de castellano, pero también ofreciendo consejo y ayuda para resolver los diferentes procesos burocráticos en los que han estado; para conocer las posibles ayudas que pueden afectarles y para tener un punto de referencia n Bilbao. Hoy en día ya no necesitan de forma tan intensa de esa ayuda, pero aún así nos comentan que cuando les surge alguna duda, tienen un teléfono y una persona donde acudir. Ahora tan solo nos queda que la guerra de Ucrania termine (y todas las demás guerras también) para poder ir con ellos de visita y conocer a su familia, ver donde han vivido y comer esa comida tan rica que tienen. Espero que esta pequeña carta os haya ayudado a conocer mejor lo que nos ha supuesto el ser una familia acogedora y eso que se me han quedado muchas anécdotas y experiencias por contar. Carlos
Hoy, 6 de febrero de 2024, se cumple un año del terremoto que sacudió el sur de Turquía y el norte de Siria. Un terremoto de magnitud 7,8Mw con unas consecuencias devastadoras, cientos de miles de afectadas, más de 120.000 heridas y más de 59.000 personas perdieron la vida en este seísmo. Este terremoto fue un duro golpe para la población vasca reasentada de origen sirio, pues a pesar de tener a familiares y amistades afectadas o fallecidas, no pudieron brindar el apoyo, el acompañamiento o la despedida necesaria. Teniendo en cuenta que la realidad de Siria es sumamente compleja tras 13 años de guerra y que el desplazamiento de las personas del país ha sido de forma forzosa. Vivir esta catástrofe natural desde la distancia, implica un proceso más complejo a la hora de transitar el duelo migratorio. Desde el programa Auzolana II, conveniado con Gobierno Vasco, que acompaña procesos de reasentamiento de familias sirias a través del Patrocinio Comunitario, se puso en marcha un plan para proteger y acompañar a las familias en un momento tan duro. El plan contemplaba la puesta en marcha de procesos grupales terapéuticos, intensificar el acompañamiento técnico y el apoyo económico a los familiares afectados, este último gracias a la disposición de Fundación Alboan. La red de apoyo que ya había generado en torno al modelo de Patrocinio Comunitario, fue fundamental para el proceso de reparación del dolor generado por la catástrofe. El vínculo comunitario que se genera entre las familias y las personas voluntarias del grupo de acogida, es un eje fundamental en el que se ofrece el apoyo social y emocional desde la cercanía y la cotidianidad. Desde la convicción de que en cualquier proceso migratorio debe existir una comunidad que acoge, que acompaña. Además, con el objetivo de que el terremoto no se olvide, el 14 de noviembre de 2023 se celebró una jornada en torno a los diferentes impactos del terremoto. Con el nombre “Cuando la vida tiembla – Bizitza dardartzean”, se pudo contar con la colaboración de Alboan, JRS Syria, Helena Maleno, Hafsa Afailal y Karmele Villarroel. Si quieres más información, pincha aquí. Para dar respuesta a las necesidades generadas por el terremoto y con el fin de paliar las consecuencias del mismo Alboan y Entreculturas pusieron en marcha una campaña, aún activa, para apoyar la labor del JRS Syria. El JRS Syria llevaba más de una década trabajando en Alepo, Damasco y Homs con programas de apoyo psicológico, educativo, sanitario y material. El impacto de un terremoto de estas características alcanza a las vidas de las personas más allá de aquellas que se encontraban en el lugar del temblor. Las consecuencias de los daños y pérdidas ocasionados dejan una marca grande en todas ellas y en su red de apoyo. Recordar y no olvidar este hecho que aún está sacando a la luz las consecuencias ocasionadas, nos interpela, desde aquello que está en nuestra mano, que es reconociendo a nuestras vecinas y vecinos sirios. La palabra que recuerda y reconoce la realidad de la población siria, ayuda a reparar la herida profunda que causó el terremoto. Hoy es un día para recordar, y no olvidar. Si quieres participar, puedes sumarte a estas iniciativas: AUZOLANA CAMPAÑA EMERGENCIA ALBOAN – ENTRECULTURAS
El pasado 14 de noviembre, coincidiendo con el nacimiento del Padre Arrupe, la Fundación Ellacuría celebró una segunda edición de la jornada sobre Refugio, DDHH y Acogida en la sala Ellacuría de la Universidad de Deusto la jornada «Bizitza Dardartzean: más allá del terremoto». Gracias a la financiación del Ayuntamiento de Bilbao y la colaboración de la Universidad de Deusto, Alboan ONGD y Loiolaetxea tuvimos la posibilidad de llevar a cabo esta jornada en la que pudimos conocer de cerca la situación del terremoto de febrero en Siria y Turquía. Además, contamos con otros impactos como la creciente ruta migratoria de los Balcanes, la política fronteriza de la Unión Europea y el impacto del terremoto en las vecinas vascas de origen sirio. Tuvimos el placer de contar con ponentes como Leire Morquecho, Tony O´Riordan, Hafsa Afailal, Helena Maleno y Karmele Villarroel. Os dejamos en este enlace la posibilidad de escuchar un pequeño resumen de lo aprendido durante la jornada «Bizitza Dardartzean. Refugio, DDHH y Acogida: más allá del terremoto». Si tienes problemas para reproducir el vídeo haz click aquí
Desde Fundación Ellacuría nos complace invitarte el próximo 14 de noviembre de 2023 a la jornada que se celebrará en la Sala Ellacuría del CRAI de la Universidad de Deusto – Campus Bilbao: CUANDO LA VIDA TIEMBLA. Refugio, DDHH y Asilo: más allá del epicentro. 9:30 – Apertura institucional de la jornada. 9:45 – La perspectiva de la cooperación internacional en contextos de crisis humanitaria. Leire Morquecho Errasti, Coordinadora de Cooperación Internacional de Alboan. 10:15 – Terremoto en Siria. Antes, durante y después de la emergencia humanitaria. Tony O´Riordan, Director de JRS Syria. 11:00 – Descanso Café. Otros epicentros: 11:15 – Situación de DDHH tras el terremoto en Turquía: flujos migratorios y política internacional. Hafsa Afailal, Dr. en ciencias sociales, consultora y defensora de Derechos Humanos . 12:15 – La vulneración de los Derechos Humanos en la política fronteriza de la Unión Europea. Helena Maleno Garzón, investigadora especialista en migraciones, fundadora y defensora de Derechos Humanos del colecivo Caminando Fronteras. 13:15 – La importancia de las redes comunitarias de acogida en la reconstrucción de la vida. Karmele Villarroel Labanda, coordinadora del área de Ciudadanía de la Fundación Ellacuría. 13.45 – Conclusiones y cierre de la jornada. Gustavo de La Orden, profesor del máster NOHA investigador del Instituto de DDHH Pedro Arrupe de la Universidad de Deusto. A través de esta jornada queremos conocer de primera mano el impacto del terremoto de febrero de Siria y Turquía y los impactos que provocó entre la población refugiada en el País Vasco procedente del territorio afectado. Además, tendremos también la ocasión de acercarnos a los impactos que provoca en las personas el acceso a Europa a través de la ruta turca. Anímate e inscríbete Para cualquier duda o cuestión, no dudes en ponerte en contacto con nosotras. ¡Nos vemos el 14 de noviembre!
Ellacuria Fundaziotik #SafeRoutesNow adierazpenarekin bat egin dugu. Deklarazio horrek Europar Batasunari bide legal eta seguruak sortzea eta zabaltzea eskatzen dio, Amnesty Internationalekin, Gurutze Gorriak EBn duen bulegoarekin, IRCrekin, Caritas Europarekin, ECRErekin, CCMErekin, ICMCrekin eta HIASekin batera. Adierazpenak birkokatzea eta bide seguruak Europara zabaltzeko zazpi lehentasunak jasotzen ditu. Ellacuria Fundaziotik eredu baten aldeko apustua egin dugu. Eredu horrek, 2019az geroztik, arrakasta izan du errefuxiatuei kalitatezko harrera egiteko. Eusko Jaurlaritzaren eskutik, Ellacuria Fundaziotik Siriako familiei lagundu diegu Auzolana programan, baita Ukrainako eta beste jatorri batzuetako pertsona askori ere, Loturak programaren bitartez. Hori dela eta, gure ekarpena egin nahi izan diogu giza eskubideen babesa bermatuko duten legezko bide seguruen eskariari. Anima zaitez kanpaina honen zati bat egitera, honako hau zabalduz: #SafeRoutesNow Atxikipenaren edukia zehatz-mehatz kontsulta dezakezu esteka honetan: PDF_EU Desde la Fundación Ellacuria nos hemos adherido a la declaración #SafeRoutesNow que reclama la creación y ampliación de vías legales y seguras a la Unión Europea junto con Amnistía Internacional, la Oficina de la Cruz Roja en la UE, IRC, Caritas Europa, ECRE, CCME, ICMC y HIAS. La declaración contiene las siete prioridades para ampliar el reasentamiento y las vías seguras a Europa. Desde Fundación Ellacuría apostamos por un modelo que desde el año 2019, se demuestra un sistema de éxito para potenciar las acogidas de calidad a las personas refugiadas. De la mano de Gobierno Vasco, desde la Fundación Ellacuría hemos acompañado a familias de Siria en el programa Auzolana y a muchas personas ucranianas y otros orígenes a través del programa Loturak y es por ello que hemos querido aportar nuestro granito de arena a la demanda de vías legales y seguras que garanticen la protección de los derechos humanos. Anímate a hacer parte de esta campaña, difundiendo: #SafeRoutesNow Puedes consultar el contenido de la adhesión en detalle en este enlace: PDF_EU
Un drama humanitario que también se hace sentir en Euskadi y Navarra a través de las personas sirias refugiadas. Escucha como nos hemos movilizado todas las organizaciones jesuitas en esta entrevista en Onda Vasca. Junto al Servicio Jesuita a Refugiados, presente desde hace 10 años en Alepo, Alboan y Entreculturas han puesto en marcha su protocolo de emergencia para la reconstrucción del tejido social y comunitario. En Euskadi y Navarra la Fundación Ellacuría, LoiolaEtxea, Centro Lasa y Alboan acompañamos a familias sirias refugiadas. Así lo hemos contado esta mañana a Onda Vasca, en el programa El primer café de Txema Gutiérrez.
El pasado día 26 de enero, invitadas por la Comunidad Apostólica de la Universidad de Deusto, participamos en la sesión en la que presentamos MAMBRÉ ETXEA junto a otros 16 proyectos de talante social que se desarrollan en la Universidad. En la sesión participaron 130 personas de los dos campus universitarios. EL PROYECTO Mambré Etxea es un proyecto de colaboración entre la Fundación Ellacuría y la Universidad de Deusto. Este proyecto abarca iniciativas diversas dirigidas al impulso y fortalecimiento de la convivencia intercultural e interreligiosa. Por una parte, promueve la acogida comunitaria para familias migrantes y refugiadas. Se desarrolla desde la vinculación y el compromiso de la ciudadanía como eje principal para la acogida y se incorporan los aprendizajes de las anteriores experiencias de Patrocinio Comunitario en la Compañía de Jesús (Auzolana II y Loturak). Por otra parte, desde la perspectiva específica del diálogo interreligioso se pretende ofrecer un espacio de encuentro, en diversidad, desde la dimensión espiritual y trascendente, a través de la experiencia de acogida, del fenómeno religioso y la ecológica en la ciudad de Bilbao. Des de la perspectiva de la Hospitalidad: Para poder atender a las necesidades específicas de las familias y elaborar procesos de incorporación social, se utiliza la herramienta del Plan Familiar/Individual de Atención contando con un seguimiento técnico. Para ello se realizan entrevistas periódicas con las personas acogidas para la elaboración de dicho plan y los correspondientes acompañamientos a diferentes organizaciones públicas como Osakidetza, Lanbide, Servicios Sociales de Base, Etxebide, etc. Además, se cuenta con la colaboración de los grupos locales de acogida compuestos por personas voluntarias en diferentes tareas que no requieran de cualificación profesional como pueden ser acompañamientos sanitarios o diferentes actividades en la gestión de ocio y tiempo libre. Desarrollando también una coordinación periódica entre personal técnico y los grupos locales de acogida que facilite los procesos de incorporación social fomentando relaciones sociales saludables y promocionando la construcción de una red de apoyo social estable a largo plazo. En Mambré Etxea conviven bajo el mismo techo distintas personas y familias con procesos vitales y migratorios diferentes que aunque son acompañadas de forma individualizada comparten vida. Tras experiencias anteriores, desde la Fundación Ellacuría, valoramos como una buena práctica la convivencia desde la diversidad, fomentando la empatía, el apoyo mutuo y evitando la victimización desde la promoción de la corresponsabilidad. Para ello, se ha organizado la vivienda asegurando lugares de encuentro y convivencia comunitaria a la par que se respetan los espacios individuales y de intimidad familiar/persona. Todas estas personas convivientes conforman una única Comunidad de Hospitalidad que, junto con el voluntariado y el equipo técnico, promueven dinámicas de respeto y reconocimiento además de constituir la primera red de apoyo sólida y cercana. Se aseguran espacios de encuentro dentro de la gestión de día a día entre el personal voluntario y acogido. La celebración se posiciona como uno de los ejes principales en la gestión de esta convivencia y se aseguran espacios formativos y de reflexión para todas ellas. Uno de los pilares fundamentales del proyecto es la implicación de la comunidad en los procesos de incorporación social. Debido a la realidad pluricultural que se vive en la CAE se considera necesario promocionar la interculturalidad como modelo de gestión de la convivencia para poder construir una sociedad en la que todas las personas se puedan sentir parte de ella y puedan participar. La función de los grupos locales de acogida, además del acompañamiento y la acogida a las familias, consiste en promocionar espacios de encuentro intercultural con el fin de generar relaciones entre el vecindario y las familias, que sin esta promoción no serían posibles. Además de la importancia de estas relaciones para las familias y personas migradas, también es capaz de generar una transformación tanto en las personas voluntarias que forman los grupos como en aquellas personas que tienen una implicación indirecta. Este formato de acogida permite generar experiencias interculturales en las que las diferentes personas que interaccionan desarrollen la competencia intercultural, la cual favorece la convivencia, el diálogo intercultural y la eliminación de prejuicios. Desde la perspectivoa del diálogo interreligioso: Queremos que Mambré Etxea sea un espacio para la acogida, la espiritualidad y la ecología. Es decir un espacio interreligioso en Bilbao. Para ello, junto a la comunidad de hospitalidad desarrollaremos un espacio interreligioso para la ecología y la espiritualidad. Esta dimensión del proyecto parte de la construcción participada de un espacio interreligioso que apuesta por la sensibilización, la trascendencia, el encuentro de la diversidad cultural y religiosa, y la ciudadanía, como eje vertebrador. Este espacio incluirá una oferta formativa y experiencial para centros educativos, voluntariado, asociaciones y comunidades religiosas y generará la oportunidad de encuentro entre las diferentes comunidades creyentes de Bilbao y la ciudadanía El espacio común se plantea desde la convicción de que las religiones nos aportan: una visión – mirada problemática de la realidad una propuesta humanizadora – divinizada de las soluciones una propuesta de vida humana en plenitud y de concordia de nuestras relaciones. Este espacio posibilitará EL ACOMPAÑAMIENTO A PERSONAS MIGRADAS Y REFUGIADAS, LA CONVIVENCIA, y EL RECONOCIMIENTO A LA DIVERSIDAD.